La maldición de Damien.
Damien: Omen II.
Damien: Omen II.
Director: Doln Taylor.
Guión : Harvey Bernhard, Stanley Mann, Mike Hodges.
Jonathan Scott-Taylor.
William Holden.
Lee Grant.
Robert Foxworth.
Nicholas Pryor.
Lew Ayres.
Lance Henriksen.
Elizabeth Shepherd.
Damien Thorn ha crecido y descubre quién es en realidad: el Anticristo...

A favor puedo decir que:
La trama, en general, me parece correcta y, bien mirada, se puede decir que es un clon de la de la película anterior, solo que sustituyendo a papi y mami por tío y tía y sumando edad a Damien.
No obstante, me gusta que arranque con fuerza y de manera inmediata, conectando directamente con La profecía. La premisa se nos deja clara desde el principio, sin andarse sin rodeos: hay un muro llamado muro de Yigael donde aparecen los rostros del Anticristo en sus distintas edades. Y ¿sabéis quién está retratado ahí? ¡Bingo! Lo malo es que está claro que, en esta historia, si se descubre algo de Damien, acabas muerto. Por eso, las primeras dos muertes, la de los arqueólogos, ocurren en los diez primeros minutos, como debe ser.
Los personajes nos son presentados con igual rapidez. Son ricos, famosos, y pijos como ellos solos. Y, el lote, incluye una vieja algo odiosa en forma de tía metomentodo que será anciana pero no idiota y se huele algo con respecto a Damien y su flequillo aplastado. Nada, se la mata y punto.

Pero, si bien está claro que esta es la historia de Damien, también hay que admitir otra cosa: este segundo capítulo en la epopeya del hijo de Satanás se va a centrar mucho más en las personas que le rodean y que, a su modo (maligno, claro) tratan de guiarle para que descubra quiénes en realidad. Por eso, mucho del metraje se va en personajes secundarios (Paul, el jefe de sección…) que, bien vistos, tienen una importancia fundamental en la vida del muchacho. Y digo esto, claro está, como un buen punto a favor de la peli ya que, digo yo, seguro que fue muy tentadora la idea de centrarse en Damien masacrando al personal sin ton ni son (ojo, que el amiguito también hace de la suyas; no hay que olvidar con quién estamos tratando)
Paso a algo fundamental en la trilogía de La profecía, amén de citas bíblicas, situaciones agobiantes y que los pelos se te pongan un poquito de punta por la sola idea de pensar que esto puede llegar a ser verdad, son las muertes. Aquí hay para dar y tomar y, además, para todos los gustos: enterramientos en vida, infartos, atropellos, muertes bajo el agua helada o ascensores asesinos. Y, por encima de todo ello, un pájaro (léase pajarraco) en forma de cuervo negro (Pobre animalito. Si supiera la imagen que los humanos tenemos de los de su especie, posiblemente, nos masacrarían. Y con razón) Siempre que aparece el susodicho animal, toca morir. Como todo en esta vida, depende de lo desgraciado que seas. La vieja odiosa con buen olfato para la maldad tiene su infartito. Bueno; vaya y pase. Hay otro que le toca darse un viaje bajo una buena capa de hielo en un lago y, de paso, arruina una fiesta de cumpleaños (algo inherente en la familia Thorn. Recuerda la niñera de la peli anterior. Imagina lo que pueden hacer con una boda) Yo me quedo con dos momentos estrella: el de la pobre periodista y el del médico que no tiene otra cosa que hacer que llevar a cabo pruebas médicas al hijo del Demonio. Y, como siempre digo, hay cosas que es mejor ver. Si no has visto la peli, esto puede fastidiarte el golpe de efecto pero es que debo ponerlas. Imagina que, a estas pelis, es como eso del “¡A Dios pongo por testigo…!”, es decir, algo que hay que ver:

El médico. Moraleja: si un paciente tiene ADN de chacal, cállate.
¿Hay más? Ni lo dudes pero, para que no me odies mucho, ve la peli y me cuentas.

Y, cómo no, destacar la banda sonora, que volvió a recaer sobre Jerry Goldsmith. Aquí los momentos musicales tensos y los coros satánicos están asegurados y, dicho sea de paso, quedan muy bien en el contexto de la peli, una especie de marca de fábrica.

La cara que se te queda cuando sabes que tu sobrino
es el Anticristo.

La que se te queda cuando sabes que tu alumno
es el Anticristo.
¿Cosas que me dejan así, así?
Para empezar, creo que la película carece del impacto que tuvo su predecesora. No digo en absoluto que esté mal pero sí que carece de la fuerza de la anterior. Eso, claro está, desde mi más modesta opinión. Creo que, allí donde La profecía se apoyaba en algún que otro momento truculento e impactante, la historia iba siempre por delante. En esta siempre me ha parecido que usa demasiada veces el recurso de la muerte del personal como si cada una de ellas fuera más bestia y espectacular que la anterior y se hubieran centrado mucho en eso dejando otras cosas algo “ignoradas” Por ejemplo, ¿de dónde salen los guardianes de Damien? ¿Cómo saben quiénes son y quién es Damien? ¿Cómo le ayudan? ¿Cómo se opera, de golpe, ese cambio en Ann, la tía de Damien? Y, puestos a ponerse observadores, el jovenzuelo Damien se toma muy bien quién es…
En resumen, sí recomiendo ver esta película. A mí la trilogía de Damien siempre me ha gustado mucho y creo que esta segunda parte es una digna sucesora de la primera. Puede que no tenga ese impacto pero si juegas con segundas partes es algo que debes aceptar. Eso sí, entretener, entretiene de principio a fin y eso, a fin de cuentas, es lo que más me importa, así que animaos y dadle una oportunidad.
Ah, y, si veis un cuervo negro así, porque sí, corred.
Vigilad el cielo.
