
La momia.
The mummy.
1977.
Director: Karl Freund.
Guión: Nina Wilcox Putnam, Richard Schayer, John L. Balderston.
Boris Karloff.
Zita Johann
David Manners.
Edward Van Sloan.
Unos arqueólogos descubren una momia que vuelve a la vida en busca de su amada...
¡Hola!
Hoy le toca el turno a un clásico, una de esas películas que ya no se hacen y que, a pesar del paso del tiempo, se mantiene vigente como referente para todas las versiones posteriores que el paso de los años ha traído consigo. Y es que esta es la momia original, la de Boris Karloff, esa que marcó todo un hito y que, cosa de lo más curiosa, no solo no se ha superado, es que ni siquiera ha conseguido igualarse.
¿Listos para el viaje?
Lo primero que hay que destacar de esta cinta es la historia. Sí, todos sabemos que cualquier peli que tenga una momia en su contenido va de lo mismo: un ser con muy mala baba del Egipto muy, pero que muy antiguo regresa a la vida para fastidiar a todo el que se ponga por delante. Bueno, vale. La cuestión es cómo se muestra esa historia en esta joyita de 1932. Perfecta en la hora más o menos que dura su metraje. ¿Razones? Varias.
Un detalle curioso es que, desde esta perspectiva, La momia es una película que se parece mucho, y de manera bastante descarada, al Drácula protagonizado por Bela Lugosi: en ambas cintas hay un ser sobrenatural que resiste la muerte; ambos poseen poderes sobrenaturales (la momia, aquí, hipnotiza cuando le da la gana e incluso mata a distancia); dicho ser se enfrenta a un hombre de ciencia erudito (Van Hellsing en Drácula, Muller aquí) y todo se reduce a la obsesión del monstruo por una mujer hermosa. Incluso en la peli del vampiro hay un símbolo que refleja el bien, la cruz. Aquí hay un amuleto. Y lo curioso es que nada de esto molesta.
Los personajes no pueden ser más típicos pero funcionan a la perfección. Imhotep/Ardeth Bay es el malo por excelencia, el ser sobrenatural que conserva algo que los malos de hoy día no tienen: elegancia y aspecto asqueroso a partes iguales. Además, es implacable y carece de todo tipo de sentimientos. Y, sí, es el protagonista absoluto. Helen Grosvenor aporta el toque femenino y romántico tan en boga entonces pero, también, es muy protagonista porque todo gira en torno a ella. Frank Whemple es el enamorado normal y mortal y, a su modo, el héroe. El doctor Muller es el Van Hellsing de esta historia, el sabio, aquel al que todos acuden en busca de ayuda y que se las sabe todas para acabar con el monstruo.
Como se puede ver, arquetípicos hasta decir basta pero muy bien presentados y mejor llevados.
Pero decir La momia es decir Boris Karloff. Espectacular, tremendo, colosal. Y todas estas palabras me parecen muy poco. Lo poco que sale como momia, es decir, envuelto en vendajes se te queda en la memoria a fuego. Pero como Ardeth Bay lo borda de tal modo que es difícil encontrar la palabra adecuada. Su capacidad para resultar inexpresivo haciendo ver que su carne está momificada es brutal y esos primeros y primerísmos planos mostrando unos ojos que hipnotizan se han quedado, y con razón, para la historia del cine. Además, aparece muy delgado (o fibrado, Karloff en Frankenstein ya dio muestras de ello) y eso viene de perlas al personaje. Si en Frankenstein lo clavó, aquí se superó.
Por cierto, un pequeño detalle. La momia como tal, es decir, envuelta en vendas, sólo aparece al principio. El resto es un ser de piel seca y momificada que habla pero casi no gesticula. Digo esto porque siempre se suele asociar al personaje con la típica imagen de alguien vendado de pies a cabeza caminando como un idiota sin cerebro (algo que se pudo ver en el montón de secuelas que tuvo la peli de hoy y, por suerte, nada que ver con ella ya que hasta cambian de momia)
Resumiendo, un clásico, una maravilla que hay que ver, visitar y recordar de vez en cuando paladeando todos y cada uno de sus minutos de metraje. Esta cinta es pura historia en el cine de terror y como tal se ve hoy y se verá dentro de muchos años. Resulta increíble pensar que, pese a los adelantos que hay hoy en día, no se la pueda igualar (la versión con Brendan Fraser me encanta pero es una peli de aventuras. Luego está ese horror de Tom Cruise)
Vedla. Merece la pena.
Vigilad el cielo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario