Terrorvision.
1986.
Director: Ted Nicolaou.
Guión: Ted Nocolaou.
Diane Franlin.
Gerrit Graham.
Mary Woronov.
Chad Allen.
Bert Remsen.
Alejandro Rey.
Randi Brooks.
John Gries.
Jennifer Richards.
Un extraterrestre se cuela en la Tierra a través de la antena de televisión de una familia...
Antes de comenzar, quede esto bien claro: esta es una película ochentera. Con esto quiero decir que cumple con todos y cada uno de los cánones de la época solo que, además, de manera completamente exagerada.
Veamos. Lo primero que cuesta definir es el género. ¿Es ciencia ficción? Sí, ya que está el tema de los alienígenas. ¿Es terror? También; hay un monstruo que mata sin compasión. ¿Es comedia? Yo diría que sí, solo que basada en la exageración.
Empezamos con la historia. Más simple imposible y, más ochentera, también. Desde la primera escena se nos deja clara la premisa: unos extraterrestres desde Plutón reciclan mascotas conflictivas usando una energía rara pero, con la última, y de rebote (no es un modo de hablar, el rayo de energía rebota como en un pinball entre varios planetas) el bicho acaba en la Tierra. Esta es la primera escena.
Luego conocemos las consecuencias de eso del modo más grillado posible porque el susodicho rayo de energía va a la antena de una familia de grillados donde el padre está obsesionado por montar una antena de televisión. Resulta que el bicho alien sale de la pantalla cuando le da la gana y mata al que se ponga por delante.
Dicho así resulta raro y ochentero pero el guión lo adereza con una especie de humor raro, y absurdo que está basado en situaciones, personajes, diálogos y gestos exagerados a la infinita potencia. Por ejemplo, todos parecen hablar haciendo muecas, sobre todo, el padre, Stan. Las situaciones no pueden ser más rayantes y alucinates pero lo muestran como si de algo normal se tratara. Por ejemplo, el abuelo está obsesionado con la guerra, la defensa y las armas, cosa que contagia al nieto. La hija, Suzy, luce modelo y peinado ochentero a lo bestia y, a cada frase, pone una mueca, lo mismo que su novio, el rockero O.D. Fijaos cuando el colega se pone a tocar porque sí una guitarra invisible. La mujer de Stan, Raquel, es otra elementa de cuidado que, por supuesto, pone caras y muecas cuando habla. Y así se pasan toda la película.
Si ya el argumento es flipante de por sí, y digo esto siendo muy poco exagerado, el guión, mete unos extras que no tienen desperdicio. ¿Se puede añadir algo más raro a una trama ya de por sí extraña? Sí; resulta que Stan y Raquel están obsesionados por el sexo y hacen, atentos, intercambio de parejas cuando sus hijos duermen. Pero es que la otra pareja, Spiro y Cherry, son más estrambóticos aún y añaden hasta un toque homosexual al tema.
¿Mas? El antenista se ve que trabaja 24 horas al día y el modo de vestir con pantalones a cuadros y corbata debajo de los mismos (...) es otro flipado, por no hablar de la enorme casa de la familia protagonista que cuenta hasta con una sala con piscina y bar para los desmadres sexuales de Stan y Raquel. Y todo de lo más normal. ¿Añadimos una presentadora con un casco de serpientes en la cabeza para aderezar todo y, sí, gesticular a lo bestia? Pues claro. ¡Si aquí cabe de todo! Y, ¿por qué? Porque la impresión que me da es que dijeron "aquí nada ni nadie tiene lógica ni falta que hace" Por eso, si los hijos ven que un extraterrestre bueno quiere matar al malo se sorprenden lo justito y a tirar para delante.
Pero, como en toda peli de los ochenta, aquí se ven las cosas con su toquecito gore. Por eso, las muertes que provoca el monstruo se ven con mocos viscosos incluidos. La cosa se nota pero, oye, divertida es.
¿Y el final? Repito: peli ochentera. Y, los que vivimos la época, sabemos que en las cintas de terror de aquellos años, eso de terminar bien, lo que se dice bien (es decir, resolviendo tramas) no era la norma. Y esta no es una excepción.
En resumen, como ya he apuntado, todo un despiporre mental de proporciones cósmicas. Ves el cartel y dices "Hala, peli de terror de los ochenta" Pero, nada más empiezas, el bofetón que te pegas es considerable. Eso sí, alucinaciones a parte, la peli entretiene lo suyo, solo por aquello de ver qué pasa o cuál va a ser la siguiente situación flipante. Por eso, recomiendo verla; te echas unas risas y adiós muy buenas.
Ay, gloriosos años ochenta...
Vigilad el cielo.
jajaja
ResponderEliminarlos 80`s como olvidarlos, con su películas de pseudo terror, como por ejemplo Critters o El Vengador Toxico, estaban al límite con el gore, y el humor que hoy seria imposible.
saludos
¡Qué grandes fueron los ochenta! Como bien dices, ese toquecito de humor propio de la época hoy es impensable... por desgracia.
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