Aliens: el regreso.
Aliens.
1986.
Director: James Cameron.
Guión: James Cameron, David Giler, Walter Hill.
Sigourney Weaver.
Lance Henriksen.
Paul Reiser.
William Hope.
Michael Biehn.Sigourney Weaver.
Lance Henriksen.
Paul Reiser.
William Hope.
Carrie Henn.
La teniente Ripley llega a una base terrestre y cuenta su horrible experiencia con un ente extraterrestre. El cuerpo de marines le pedirá unirse a ellos para rescatar a unos colonos...
¡Hola!
Suelen decir por ahí que segundas partes nunca fueron buenas. Por suerte, hay casos excepcionales que hacen que esa regla sagrada se cuestione. Por supuesto, Aliens, el regreso, es uno de ellos.
La cosa no pintaba fácil. Alien, el octavo pasajero, se había convertido no solo en un taquillazo; también había alcanzado la categoría de clásico o, mejor, clasicazo. La posibilidad de una segunda parte no tuvo que ser cosa fácil pero se lanzaron a por ello. ¿El primer cambio? El director. Ridley Scott dejó la silla de dirección a James Cameron, el tipo responsable de que Arnold Schwarzenegger se convirtiera en uno de los malos más icónicos de la historia del cine en Terminator (1984) ¿El segundo? Alien, el octavo pasajero era una película de terror en el marco de la ciencia ficción. Aliens, el regreso, sería una película de acción en el marco de la ciencia ficción.
Pero, no nos precipitemos y vayamos por partes. Como siempre, lo puntos a favor...
Lo primero que destaca es que la cinta comienza justo en el mismo momento en que la anterior peli acaba. Si no has visto Alien (cosa que dudo, y mucho) sabrás que, después de pasarlas pero que muy canutas enfrentándose a un extraterrestre baboso con muy mala baba, Ripley, la heroína menos femenina del cine, se mete en una cápsula con un gato y se pone a dormir en espera de que alguien los encuentre y, de paso, tomar un descansito después de tanta tensión acumulada. Total, sus compis de tripulación han sido masacrados y ella solita ha acabado con un bicho espacial ponehuevos que se dedica a salir por el estómago del personal. Pues bien, como he dicho, la cinta que reseño hoy comienza justo ahí, cuando Ripley, dormida como un tronco, es rescatada por un equipo de salvamento.
A partir de aquí, y en pocos minutos, se nos plantea la trama de la peli, cosa que es de agradecer: a Ripley no la cree ni el tato (lógico) y confirman que en el nivel 426, por donde, según la susodicha, hay aliens asesinos, hay colonias de humanos. La cuestión es que hace un tiempo que no dan señales de vida. Por si las moscas, van a mandar a un equipo de marines a ver qué pasa y piden que Ripley vaya con ellos.
Ya está. La peli ya está planteada. Y esto en pocos minutos, no creo que llegue a diez. Sí, sabes que el meollo de todo va a consistir en que los pobres marines, que son muy duros, amargados y hacen bíceps al despertarse, pero unos peleles ante los monstruos que les esperan, se van a dar de tortas con el personal alienígena. Nada de perder el tiempo en tonterías, ni en escenas pesadas ni en nada parecido. Aquí se va al grano porque se sabe de antemano que el público lo que quiere es disfrutar viendo a los aliens masacrando (literalmente) al personal. Y eso es lo que obtienen.
La película sigue sin descanso, ya que llegan al susodicho planeta, que acojona que no veas porque hace aire, frío, está a oscuras y otra cosa habrá pero colonos, no. ¿Estás deseando que salgan los bichos? Tranquilo, eso es otro de los encantos de la peli ya que prepara el terreno bien y hace que el espectador tenga más y más ganas de sangre, destrucción y trocitos de marines. Por eso, el guión se recrea en aliens recién salidos de huevos que están en probetas y, además, por unos minutos, paraliza todo con la aparición de una niña muy mona, Newt. Por suerte para el personal, la niña ni es cargante, ni payasa, ni ñoña y, por esto, no molesta.
Después de esta paradita, la cosa se acelera cuando vemos a colonos en capullos babosos y a una pobre desgraciada le sale un alien del estómago. Y aquí sigo gozando con lo que ven mis ojos, ya que se produce en primer ataque de los aliens. Al principio, están camuflados en las formas de paredes y techos pero, luego, los vemos en su esplendor. ¡Y qué gozada ver cómo caen los marines a pesar de los esfuerzos! Pero, lo mejor de todo, es que aquí podemos ver algo que en la anterior peli, aunque suene raro decirlo, no vimos salvo de pasada: a los aliens. En la primera entrega, el alien en sí siempre estaba oculto, o en las sombras o lo veíamos en tomas muy rápidas para crear esa sensación de angustia y terror que baña la película. Tan solo lo vemos más o menos bien al final. En esta ocasión va a ser al contrario y vemos a los monstruos no solo en todo su esplendor, sino moverse y matar. ¡Y se mueven que da gusto!
Pero hay otra cosa que caracteriza la película. Y es que a los personajes no les dan descanso y, durante casi todo el metraje, les sale todo mal porque resulta que se quedan sin piloto. Y es ahí donde hay un par de diálogos claves que apuntan maneras, formas y gozo: alguien dice que, si hay huevos de aliens, alguien debe de ponerlos... Vamos, que lo que hemos visto hasta ahora es poco menos que un vermut con patatas fritas.
Y, en mitad de todo el lío, el guión vuelve a hacerlo y para la trama de los monstruos y se centra en el drama de los personajes, ya que sabemos que Burke, el pijo, niñato, hortera que manda la compañía, sabía todo lo de los aliens y, en realidad, era una excusa para conseguir un arma biológica que no veas. Vamos, que al tipo le importa todo un comino y lo único que quiere es ser un perrito faldero de sus jefes para que estos vean que cumple. ¿Que hay que matar a Ripley? Pues, al menos, se intenta. Admitámoslo, el colega cae mal desde el principio.
La película acelera, más que nada, porque tenemos la sensación de que algo gordo nos espera. Por un lado, se habla de una explosión de cuarenta megatones que puede mandar todo a hacer gárgaras. Por otro, Bishop decide arrastrase por una tubería para ir en busca de una nave. Esta es la excusa ideal para que Ripley vaya a por Newt y, entonces, seamos testigos de tres grandes momentazos, esos que hacen que recuerdes la peli pasen las décadas que pasen.
El primero, la escenita de los soldados con el localizador mandando señales de que cientos de aliens vienen hacia ellos pero no los ven, a pesar de que los tienen delante supuestamente. ¿La solución? venían por el techo. Sublime. La tensión que se respira es brutal. La primera vez que ves esta peli te pones en la piel de los soldados y no puedes evitar comerte las uñas y lo que sea. Sabes que son carne de cañón, lo cual hace que el conjunto gane miles de puntos.
El segundo: Ripley va a por Newt y ve quién pone los huevos, esto es, una reina alien descomunal a la que vemos, en un momento de silencio absoluto, parir esos condenados huevos. Si esto no te quita la respiración, es que no eres de este mundo. Y qué momento ese en el que Ripley, valiente, se encara a la reina, usa el lanzallamas y luego apunta a los huevos en plan, ¿lo captas, monstruo? Esto ya forma parte de la historia del cine.
¿El tercero? El enfrentamiento entre la reina y Ripley enfundada esta con el robot elevador. Increíble pensar que eso se hizo con personas y controladores manejando un muñeco. No hay palabras; solo disfrutar porque, repito, eso es historia del cine.
Paso a los actores. A mí me parecen todos muy bien. Por supuesto, esta peli es por y para Sigourney Weaver, cosa que borda y se nota. Michael Biehn está muy bien aunque se luce poco. Lance Henriksen es un estupendo Bishop. El resto del elenco haciendo de marines cumplen reforzando a los demás. Ah, Paul Reiser queda muy bien como el asqueroso y traicionero Burke porque se le ve venir a kilómetros de distancia. Y William Hope está estupendo como Gorman, que le viene todo grande pero que no cae mal ya que los marines, a su modo, son un poco pedantes. Por último, Carrie henn como Newt queda muy natural y, como dije antes, no es la típica niña de peli de Hollywood a la que dan ganas de tirar por un barranco.
Pero si hay algo que destaca en esta cinta, historia, actores y momentos a parte, es el tema de los efectos especiales. ¿Has visto el año de filmación? Mil novecientos ochenta y seis. Eso quiere decir que ni ordenadores, ni efectos digitales, ni nada por el estilo. Todo lo que vemos aquí era verdad: las maquetas, los robots, los trajes, los disparos, los bichos tiroteados. Todo. ¡Pero qué maravilla! Te lo crees a pies juntillas incluso ahora. Esa es la magia de los años ochenta: éramos conscientes de que todo lo que veíamos era real y, por eso, te lo creías sin problemas. Por eso, el tema de los efectos, presente a lo largo de toda la cinta, no solo ayuda a contar la historia, sino que la refuerza y enriquece. Destaco unos cuantos momentos: los aliens destrozados a tiros, la nave estrellándose tras morir la piloto, Ripley reventando el abdomen de la reina, el alien que parece detrás de Newt en el agua, Bishop partido por la mitad... Hay muchos más, pero hay que verlo para dar fe.
Por último, ¿tendría que mencionar algo que no me guste mucho? Bueno, aquí va: siempre he pensado que esa actitud superdura de los marines queda pelín exagerada, sobre todo, la del rubio, el novio de Vasquez. Una cosa es que seas duro y vayas de duro pero otra cosa es que pongas los caretos tan horteras que pones para demostrarlo.
Hasta aquí llego. Desde luego, un peliculón que supo respetar la entrega de la cual provenía y fue más allá sin dejarse caer en la trampa de ofrecer más de lo mismo, un espectáculo de los buenos desde que empieza hasta que acaba y que, a pesar de los años, sigue manteniendo el toque de calidad que ya mostró en su momento y demostró que, cuando las cosas se hacen bien, segundas partes sí pueden ser buenas (cosa que, al menos yo, no puedo decir de entregas posteriores) Presentes y futuros realizadores de fantasía y ciencia ficción, tomad nota: hay que contar una buena historia y reforzarla con efectos especiales, no al revés.
Una nota final: ¿A nadie se le ha ocurrido pensar que los aliens son unas pobrecitas víctimas? Quiero decir, ellos solo estaban en su planeta y querían alimentarse. Fueron los humanos lo que llegaron para liarse a tiros y quitarles el alimento. Ahí queda eso....
Vigilad el cielo.
Una nota final: ¿A nadie se le ha ocurrido pensar que los aliens son unas pobrecitas víctimas? Quiero decir, ellos solo estaban en su planeta y querían alimentarse. Fueron los humanos lo que llegaron para liarse a tiros y quitarles el alimento. Ahí queda eso....
Vigilad el cielo.
Buena reseña Israel, hasta dan ganas de verla con solo leerla, se ve como dices es un películon y quizas los aliens son las victimas, yo sólo he visto Alien la 1, pondre en mi lista de prioridades ver esta tan bien.
ResponderEliminarSaludos.
Gracia,s Warrior.
EliminarSi puedes, dale una oportunidad. Estoy seguro de que no te va a defraudar.
¡Hablamos!