Planeta prohibido (Forbidden
planet)
(1956)
Director: Fred M. Wilcox
Guión : Cyril
Hume, Irving Block, Allen Adler
Leslie Nielsen
Anne Francis
Walter Pidgeon
Warren Stevens
Jack Kelly
El
crucero de los Planetas Unidos C-57D llega al planeta Altair IV para averiguar
qué sucedió con una expedición enviada veinte años antes. Pero el planeta les
guarda grandes sorpresas…
“No quiero ofenderle con ello pero… usted es un
robot, ¿verdad?” (Doc)
“¡Váyase antes de que tenga que echarle de esta zona
con una guardia! ¡Y con otra guardia que vigile a los guardias!” (Adams)
“No he traído bañador” (Adams)
“¿Qué es un bañador?” (Altaira)
“¡Oh, qué situación!” (Adams)
“Esto no concuerda con ningún ser normal; ni
siquiera de la galaxia. ¡Es una pesadilla!” (Doc)
“¡... Pero los Krells olvidaron una cosa! Monstruos
John! ¡Los monstruos del Id!”(Doc)
Vamos
allá con una película que, desde luego, es un clásico de clásicos dentro de la
ciencia ficción y que, cosa rara en el género, destaca porque difiere casi de
todas (o de todas) las películas de la misma clase que se hicieron en aquella
época, es decir, los dorados años cincuenta. Digo esto porque cualquier
aficionado al género sabe que, si hay algo que destaque en las películas de
naves espaciales de aquellos años, es el grado de, muchas veces, y siendo
benévolo, absurdo y, si me apuráis, de ralladura mental que imperaban en los
guiones. Aquí tengo que remitirme, entre otras, a títulos tipo King Dinosaur, Viaje al séptimo planeta
o Vuelo a Marte. Películas todas
ellas que compartían el hecho de que hubiera viajes espaciales de por medio con
el no menos importante factor de que en, en todas, las situaciones ridículas
abundaban de forma más que cantosa. Pues bien. Planeta prohibido es una
excepción rara. Trata de viajes espaciales, sí, y de astronautas y de monstruos
pero lo hace de manera seria, creíble y, sobre todo, realista, de forma que verla
es un auténtico placer y hace que, cuando nos referimos a ella, se le haga una
especie de sección especial para diferenciarla del resto. Por eso mismo, para
este vigilante de los cielos, la cinta tiene muchos puntos a favor que me
gustaría compartir con vosotros:
La
película no pierde en absoluto el tiempo en nada superfluo. Por eso, desde la
primera escena en la que no conocemos a nadie, mientras vemos esa nave espacial
con forma de ovni, el narrador nos dice en plan voz en off cual es, en general,
el estado de las cosas y de la vida para el ser humano. En el minuto cinco (ahí
es nada), se nos dice por las claras la misión de los astronautas: encontrar a
los supervivientes, si lo hubiere, de una nave extraviada. El modo en que, por
los comentarios de los personajes (de importancia fundamental en esta peli) se
nos describe Altair IV, esto es, sin ninguna civilización y que el misterioso
doctor Morbius no desea de ser rescatado, captan la atención inicial del
espectador de manera simple y efectiva. Si no hay nadie en el planeta, ¿quién
es ese Morbius? ¿Y por qué no quiere que le rescaten? Tranquilos, hay película
por delante.
(Nota:
me gustaría añadir un comentario personal con respecto al narrador. A fuerza de
ver muchas películas de ciencia-ficción de la época, he llegado a una curiosa
conclusión: cuanto más protagonista y cantoso es el narrador, mayor ralladura
mental es la supone la peli (a los ejemplos anteriores me remito) Planeta
prohibido es, a este efecto, un caso raro: hay narrador pero la cinta es más
que digna.)
Sigamos.
Una cosa que me gusta mucho es el ambiente de ciencia-ficción que se respira a
lo largo de la cinta en cualquier momento de la misma. No hay que olvidar algo
muy importante y que suele pasar desapercibido: en esta historia no vemos ni la
Tierra ni nada terrestre, es decir, todo lo que vemos es fruto del a fantasía:
naves, planetas extraños, construcciones muy antiguas… Pues bien, el ambiente
fantástico que podemos ver con respecto a cualquier decorado es más que
notable. Por eso, destaco el interior de la nave, muy futurista y lleno de
muebles extraños y luces parpadeantes que no llegan a resultar muy chocantes,
los paisajes galácticos del propio Planeta Altair con esos planetas (o
satélites) gigantescos que se ven en el cielo y, cómo no, la espectacular
mansión de Morbius, muy terráquea pero, a la vez, extraña (atentos al detalle
en forma de pez extraño disecado en la puerta. Será de otro planeta pero
recuerda a un pez terrestre que tumba) Y, si de ambientes fantásticos hablamos,
ahí están las tomas nocturnas de Altair o ese cementerio humano en mitad del
paisaje y que contiene los colegas y amigos del buen doctor. Muy bueno todo
ello.
A
la ambientación fantástica en cuanto a cosas o paisajes hay que añadirle algo
muy bien conseguido: el vestuario. Esta película, a diferencia de otras del
género, no es nada rimbombante en lo que a los trajes de los personajes se
refiere. Los de los astronautas tienen mucho de traje militar, gorras incluidas
y, por suerte, no se añadieron ningún casco fuera de tono. Los colores de los
mismos, algo así como grisáceos-azulados, son
muy discretos y pasan por completo desapercibidos. La indumentaria de
Morbius no puede ser más discreta: un color marrón muy oscuro que, al efecto de
los focos, parece negro. Y si de vestidos hablamos, los de Altair destacan por
sí mismos con fuerza al lucir una
mini-mini falda. Ni botas ni zapatos: descalza, como debe ser. Seas terrestre o
no, ves esto después de un año metido en una nave y, como poco, te alegras la
vista. Todo ello, en su conjunto, hace que esta película no resulte llamativa
ni caiga en el ridículo en el que cayeron muchas otras, dándole una factura
inteligente y. sobre todo, elegante.
Sigo.
Esa elegancia se transmite a través de otro detalle crucial que hace disfrutar este
Planeta Prohibido. Y es que la historia que tenemos por delante es de
ciencia-ficción, sí pero, sobre todo, se rebela a través de sus diálogos. Todos
ellos están perfectamente escritos. Muy medidos y, además, resultan tan tremendamente
educados y formales que captan el interés del espectador sin que este lo note
y, además, hacen que determinadas escenas que pueden ser largas, nos enganchen
oyendo hablar a los protagonistas. Como ejemplo, ahí tenemos la escena que
sucede después de comer mientras toman café. Además, en algunos momentos, los diálogos
hablan de las cosas más extrañas pero los actores se las apañan para que,
dentro de la complejidad de lo que están diciendo, resulten cosas de lo más
naturales y hasta normales. Fijaos en este ejemplo:
¿Es
todo? A ver esto:
Esto
lleva a otra seña de identidad propia de esta cinta y que merece ser tenida en
cuenta: el ritmo pausado, que no pesado, que se respira, sobre todo, en la
primera parte de la misma. De hecho, si nos fijamos bien, no es hasta el minuto
treinta y ocho cuando comienzan a pasar cosas con esas pisadas invisibles y es
a partir del minuto cuarenta y siete cuando comienza todo de verdad. Podemos
decir que prácticamente se pasan toda la primera hora hablando pero no molesta
en absoluto; todo lo contario: así conocemos a los personajes, el modo de
pensar y actuar que tienen y sus motivaciones. Y, lo mejor, todo en plan muy
misterioso. A fin de cuentas, ¿quién es Morbius? ¿Por qué está ahí y hace lo
que hace? ¿Qué pasa de puertas para dentro en el planeta? Nada esperpéntico,
como sucede en muchas de las cintas del género.
Pasamos
a un factor fundamental en cualquier película de ciencia-ficción de cualquier
época: los efectos especiales. Aquí se podría decir que hay de dos tipos. En
primer lugar todo lo referido a naves volantes, planetas extraños y toda la
parafernalia extraterrestre. Los pequeños detalles como la nave de los protas
mientras se acerca a Altair y vemos un gran eclipse de sol o los cielos
plagados de planetas están muy conseguidos y dan, en su conjunto, un aire de space
opera muy conseguido y, dentro de la lógica fantástica, creíble. Luego están
las virguería propias de la cinta, como formación de imágenes con la mente (“La
lámpara de Aladino en un laboratorio de física”), las pisadas de un monstruo
invisible o, el más recordado, la formación de la silueta en la barrera del
gran monstruo mientras los cañones láser le disparan (y Morbius y su hija sueñan
cosas raras) Para mí, todos muy bien hechos y, sobre todo, creíbles. Y si de efectos
hablamos, sí, aquí sale uno de los robots más famosos de la historia de la
ciencia ficción: Robby, el robot que, claro está, esconde a un hombre dentro
pero me sigue resultando igual de cósmico y encantador. Todo un icono de la
fantasía galáctica que hace de cocinero, sastre o arquitecto.
Pero
si de efectos hablamos, tengo que hacer una especial mención aparte a algo que,
cuando ves esta peli, se te queda grabado, quizás más que las naves o los
monstruos invisibles (por lo menos, a mí me pasa) Me refiero, claro está, al gigantesco
mundo interior del a raza que habitó Altair, los Krells. Las maquetas que lo
representan (“La gran máquina”) me parecen absolutamente espectaculares, sobre
todo esas tomas aéreas donde podemos ver a los diminutos protas pasear y
moverse (“Miren abajo. ¿Les da miedo?”, pregunta Morbius). ¿Cómo hicieron eso?
Ni idea pero para este vigilante del cielo es digno de matrícula. Y, por
supuesto, muy atentos a la charla que les da el doctor a lo largo de la
secuencia, donde conocemos datos muy importantes de la raza alienígena. Es una
charla larga pero absorbe, no resulta pesada en absoluto.
Y,
un detalle que puede llamar la atención: aquí no hay música, pero sí soniditos extraños. ¿Por
qué? Porque esa era la música de los Krells.
No hay ni una sola nota musical en plan banda sonora convencional en toda la
peli. Original, desde luego, lo es. Y también un modo de meter hasta las cejas al espectador en situación.
Pasamos
a los actores. Para mí, muy bien y muy naturales. Todos. Warren Stevens como
Doc Ostrow resulta muy académico y sensato. Walter Pidgeon es un perfecto doctor
Morbius, columpiándose entre el bien y la locura, otorgando al personaje el
punto justo de científico chiflado (según se mire, claro) Jack Kelly, a pesar
de lo poco que sale, es el secundario idóneo, mujeriego, aventurero y simpático
(fijaos cómo se intenta ligar a Altair poniendo a caldo al comandante) Anne
Francis, maravillosa como Altaira; el candor y la inocencia hechas personas,
luciendo piernas y tipo salvo la vez que se pone un traje que la tapa entera.
Y, el mejor, para el final: Leslie Nielsen como el comandante J. J. Adams.
Resulta increíble que este apuesto militar sea el mismo tipo de pelo blanco que
hace estupideces en la saga de Agárralo
como puedas (amén de otras más) Aquí es el prototipo ideal de héroe:
resulta valiente, responsable, sensato y muy, muy centrado. Verle tan joven,
tan repeinado y tan serio me choca siempre que veo esta peli. Eso sí, dieron en
el clavo con él. Lo mismo que con el resto del elenco.
Pues
esto ha sido todo. Esta peli hay que verla y, por supuesto, revisitarla las
veces que haga falta. Para mí, una de mis favoritas (si no mi favorita) del la
época, todo un ejemplo de saber hacer y una prueba de que las películas de
ciencia-ficción pueden dar ejemplos tan dignos como este. Un clásico atemporal
desde que empieza hasta que acaba.
Os
dejo unas curiosidades:
-Según
parece, está inspirada de manera muy libre en La tempestad, de Shakespeare.
-En
su época, nadie vio parecido con dicha obra.
-La
gran curiosidad: esta fue LA PRIMERA VEZ que una mujer lucía mini falda en una película.
-La
actriz se pasó buena parte del metraje (he leído por ahí que toda la peli)
descalza.
-Los
efectos de la silueta de la bestia en la verja eléctrica fueron obra de Disney.
-Las
maquetas Krells tenían diez metros de alto. Esto explica muchas cosas.
-Robby
el robot es un icono de la ciencia ficción. Cuando la peli se estrenó en DVD se
incluyó otra llamada El chico invisible,
protagonizada por el robot.
-Robby
ha aparecido de pasada en plan homenaje en muchas películas y series: Perdidos en el espacio, The Twilight Zone o,
incluso, Vacaciones en el mar o Colombo. Si os fijáis, aparece de
manera muy breve en la película Gremlins
mientras el padre del protagonista está en la feria de inventores.
-Muchas
tomas de efectos especiales se descartaron porque no encajaban con el resultado
general de la peli.
-Los
responsables de la MGM pidieron una copia de Regreso a la Tierra (otro clasicazo del género) para inspirarse.
-Un
millón de dólares de presupuesto.
-Elementos
del jardín de Altaire procedía de la ciudad de los Munchkin de El mago de Oz.
-Robby fue
manejado por Frankie Darro desde dentro del traje y su distintiva voz fue
proporcionada por el actor Marvin Miller.
-Se tardaron dos
meses en crear a Robby.
-En
España, se estrenó once años después de su estreno, es decir, en 1967. Y me da
que el asunto de la mini falda tuvo que ver en eso.
-La
influencia de esta película es más que evidente: los responsables de la serie Star Trek así lo han manifestado y el
propio George Lucas también.
Muchas gracias por este ratito.
Muchas gracias por este ratito.
Vigilad
el cielo.
Hola Israel: Un gran post sobre una de las película clave de la ciencia ficción de los cincuenta... con un Leslie Nielsen mucho antes de su vis cómica... Clásico Imprescindible!!!
ResponderEliminarSaludos Compañero!
Traffic Club.
¡Gracias, Óscar!
EliminarLa verdad es que tengo una debilidad especial por esta peli; no me canso de verla y la disfruto como el primer día. Y, sí, cada vez que veo a Leslie Nielsen tan serio y formal, es una especie de shock considerable.
¡Nos leemos!
lo primero que se me vino a la mente fue Star Wars y Perdidos en el espacio
ResponderEliminargracias por los recuerdos...
saludos!
Gracias, Carlos.
EliminarSin duda, Planeta prohibido fue una base excelente para muchas cosas.
¡Nos leemos!
Sin duda, uno de los clásicos imprescindibles de la ciencia-ficción. El robot es todo un icono del género. Muy buena y muy completa crítica. Has hecho que me apetezca revisitarla otra vez. Gracias. Un saludo.
ResponderEliminarTraffic-Club.
Me alegro de que te guste, Daniel. Lo que es yo, no me canso de verla.
Eliminar¡Saludos y gracias por tus palabras!
Gracias, Oz.
ResponderEliminarYo también tengo una inclinación especial hacia este tipo de cine de esta época. Claro está, algunas son algo cutrecillas (Robot monster, Las mujeres gato de la Luna)que, aún así, tienen ese encanto especial pero luego están los peliculones como este que te alegran la vida.
¡Nos leemos!
¡Hola, Israel! Casualidades de la vida, estoy planeando mi visita a Forbidden Planet en Londres y cuando me meto en tu blog veo una película del mismo nombre :) Yo esta peli no la he visto pero mi padre sí y le encanta :)
ResponderEliminarSaludos!!
Laura
¡Hola, Laura!
EliminarJo, qué suerte, te diría eso de "traeme algooooooooo" pero no quiero abusar jejejejeje (broma, eh)
Con respecto a la peli, si puedes, dale una oportunidad. Para mí en, sencillamente, un caramelito relleno.
Por cierto, creo que vas a entrar en el traffic-club. ¡Me alegro un montón!
Nos leemos...
JJAJAJAJA ME ENCANTó Israel!!! Como siempre, publicando los mejores posts, me hizo acordar a la pelicula men in black cuando van al videoclub para ver "la luz de sharta" en un video y las imagenes eran como estas jajajajajajaja no paré de reírme jajajaja
ResponderEliminarY con respecto al robotito, ¿quien no querría tener uno así en su casa? es un amor, me encanta, es tan dulce....
adios
tigrrrrrrrrrrrrrrrra
traffic-club
¡Hey, Tigra!
EliminarYo quiero otro robot de esos... en una mansión futurista como la de la peli. Ya puestos a pedir...
¡Nos leemos!
Gran película y todo un referente del cine de ciencia ficción de los años 50.
ResponderEliminarMuy buen post, sobre todo el apartado de las curiosidades; me acuerdo bien del cameo del robot en la película Gremlins.
TRAFFIC CLUB
Gracias, Axa. Sin duda, un título que sobrevivirá más allá del futuro en el que está situada. Robby me encanta; todo un icono.
Eliminar¡Nos leemos!
Hola Israel, aqui Tigra de nuevo, yo siempre trato de visitarlos a todos mientras tenga tiempo, no importa si son dos veces en el mismo dia, o dos dias seguidos o cada una semana, en cuanto tengo tiempo siempre vendre a visitarlos a todos.
ResponderEliminarY tu amigo, eres muy especial, saludos para el muchacho que está atrás tuyo y un abrazo muy grande para tí.... bueno, que el abrazo te lo de el muchacho mejor... date vuelta....
adios!!
tigrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrra
traffic-club
¡Hola, Tigra!
ResponderEliminarYa sabes que me encanta tenerte por aquí las veces que haga falta. Y, cuantas más, mejor, que ya sabes siempre es bueno vigilar el cielo en buena compañía y tú eres la mejor.
¡Nos vemos muy pronto!
madre mia que recuerdo y el robot todo un mito me entran ganas de ver star wars jejejeje
ResponderEliminarJejejjeje.
EliminarTe entiendo, Luis. Claro que yo siempre tengo ganas de ver Star Wars...
¡Saludos!
Suena a que es una película que tengo que ver por lo menos una vez en la vida.
ResponderEliminarTraffic Clud = Saludos.
Dale una oportunidad, Warrior. Seguro que no lo lamentas.
Eliminar¡Nos leemos!
hola israel como estas??? yo muy bien de muy buen humor y te cuento que el otro día era de noche y Tigra estaba vigilando el cielo como todas la noches, y entonces vi una estrellita que iba para un lado en forma directa, obviamente, era un satélite, y tigra lo siguió y lo siguió y lo siguió hasta que de pronto, me di cuenta de que de frente venía otro satélite, como si se fueran a chocar, y me quedé mirando para ver qué pasaba cuando las dos lucecitas chocaran entre sí, esperaba una explosión estelar espacial, algo cósmico y nuclear, o algo así, pero lo que pasó fue terrible, mi amigo Israel: cuando las dos lucecitas se pusieron frente a frente a punto de chocar, se frenaron las dos y comenzaron a cambiar de colores... y parpadeaban.... y luego comenzaron a brillar más y más, como si se estaban acercándose hacia la tierra..... y giraban en sincronización perfecta, casi como un baile..... y bueno, si me preguntas el final de la historia no podré contártelo porque no sé si ya sabes, que ya lo he contado miles de veces, que Tigra le tiene mucho miedo a los aliens, porque son los únicos monstruos que pueden ser reales, podrían existir o no, no son monstruos inventados, algún día puede llegar alguno, y Tigra les tiene mucho miedo. Entonces salí corriendo a esconderme abajo de la cama. Así que amigo mío, otro día te contaré qué habrá pasado con este encuentro cercano del tercer tipo. Adios amigo, sigue asi.
ResponderEliminartigrrrrrra
traffic-club
www.i-love-nasa.blogspot.com
¡Hola, Tigra!
EliminarTu historia es muy bonita. Recuerda que no tienes qué temer; yo vigilo el cielo el. tiempo que haga falta y no dejaré que ningún alien malvado pase la barrera.
Sigue así de bien, amiga. nos veremos muy pronto...