sábado, 22 de abril de 2017

El vengador tóxico


El Vengador Tóxico.
(The Toxic Avenger)
(1984)
Director: Michael Herz, Lloyd Kaufman.
Guión:  Lloyd Kaufman, Joe Ritter.

Mark Torgl.
Mitch Cohen.
Jennifer Babtist.
Cindy Manion.
Robert Prichard.
Gary Schneider.

Pat Ryan.


Melvin, un encargado de limpieza de un gimnasio, se convierte en el Vengador Tóxico debido a las bromas de unos cuantos...



¡Hola!

Hoy os traigo una peli que, como poco, ha hecho que viva una experiencia alucinante durante su visionado. Lo admito, había oído hablar de ella pero, por unas o por otras, no la he visto hasta ahora. Sí, la imagen que tenía de la peliculita era que debía de ser una perogrullada mental de proporciones considerables, algo típico de los maravillosos años ochenta. 

Me equivocaba. 

Lo de "perogrullada" y "considerables" son términos que no le hacen justicia. De hecho, se quedan rematadamente cortos.

Muy bien, allá voy. Lo que vais a leer no es producto de la más mínima exageración. Es más, casi con toda probabilidad, es posible que, a veces, las palabras fallen y me quede corto. El que avisa no es traidor.

La peli empieza ochentera total con sintetizadores de fondo. Vemos cómo, en un gimnasio, la gente hace ejercicio. Y hay de todo y para todos: gays (de los que se burlan sin piedad), tipos forzudos y, sobre todo, tías buenas y macizas. Curioso, los títulos de crédito, en su mayoría, se insertan en la delantera de las más potentes. Y ellos, como debe ser, peludos a más no poder. El espíritu de los ochenta es poderoso y velludo. Por cierto, el gimnasio es el sueño de todo deportista: hay máquinas, kárate, sauna, aeróbic, piscina... de todo en un mismo sitio. Y, mientras los títulos de crédito avanzan, vemos pechos y traseros femeninos al son de la música. Por supuesto, haciendo gala de lo políticamente incorrecto de la época, los gordos y gordas resultan repulsivos y risibles. No creo que por mala idea; era cosa de aquellos maravillosos años y esto se veía como algo normal. 

Resultado de imagen de the toxic avenger bozoYa, desde el inicio, conocemos a los personajes. Los hay malos y crueles (buenorros y buenorras) y hay uno bueno, el encargado de limpiar, Melvin, que es feo y resulta entrañable. Pero, desde estos momentos iniciales, uno comprende algo fundamental en esta peli: es una cinta donde los actores y actrices gesticulan de manera tan exagerada que rozan lo grotesco. ¿Son así de malos actuando o les exigieron parecerlo? A saber pero Melvin tiene cara de idiota extremo, una mezcla de Urkel, Mudito y Pitufo Tontín. Y muy feo. Julie, Wanda, Slug y Bozo tratan de aparentar ser tan malos que rozan lo risible, sobre todo Bozo. Las caras que ponen todos no tienen precio y, lo que es más curioso, las mantienen durante toda la peli. Alucinante. Lo bueno es el hobby que tienen  los cuatro malos: bajo el nombre de El conductor asesino se dedican a atropellar gente inocente. Es más, si son inmigrantes, valen veinticinco puntos.  Lo curioso es que se pasan esa norma por el forro y matan a un pobre chico americano pero que montaba en bici y el acto criminal les pone a todos bastante cachondos. De paso, somos testigos del gore ochenteno que tanto molaba: hay que mostrar las cabezas aplastadas bajo las ruedas. Por cierto, para que se note la maldad de Bonzo y los suyos, atentos a las escena en la que Slug mete una serpiente en la espalda del monitor de aerobic y las alumnas imitan sus movimientos espasmódicos. La escena importa un pimiento pero es divertida y, de nuevo, los actores gesticulan como en una peli muda de las malas.


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Melvin.


Imagen relacionada
Melvin contraataca.


Y aquí va el vídeo. Atentos:





Resultado de imagen de the toxic avengerLa cosa va rápida y vamos al grano y vemos un camión lleno de residuos muy nucleares y muy tóxicos que dos desgraciados transportan con la misma seguridad que llevarían lechugas. Tratan de centrarse pero, cuando uno de ellos saca una bolsa de droga con vistas colocarse de lo lindo, a la seguridad le dan por saco. Es ahí cuando piensas "alguien caerá en estos bidones" Sí, Melvin es la víctima. Julie le invita a sexo brutal a cambio de que se vista con tutú rosa y el chico, que parece imbécil pero tiene entre las piernas lo que todos sabemos, acepta. La broma acaba con el pobre Melvin de cabeza en los bidones tóxicos al lanzarse por la ventana cuando todo dios se ríe de él en el gimnasio. ¿Dije que, al besar, confundió a una cabra con la macizorra de Julie? Pues sí.  La premisa de la peli ya está servida. Todo, con una banda sonora que NO PARA de sonar desde la primera escena. 

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Al besar, confunde a una cabra con esta rubia. 



Aquí hay que hacer una paradita porque la salud mental del espectador puede resentirse, como si te hubieran sometido a dos meses de clases intensivas en tiempos de la LOGSE. Y es que, si te gustan las pelis de superhéroes, sabrás que en todas hay un momento fundamental: el de la transición de humano vulgar a tipo con poderes. Melvin, de tóxicos hasta la médula, lo hace al darse un baño en la bañera mientras su madre, que lo oye todo, da gracias porque los gritos de su hijo indican que ya no es un adolescente. Ahí queda eso. 

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A partir de aquí, Melvin, convertido en superhéroe, decide utilizar sus poderes y su fealdad para ayudar a la gente. Para demostrarlo, ahí tenemos la escena en la que Cara de puro (es un malo) y dos idiotas más  (de nuevo, se burlan de los gays sin piedad ni venir a cuento) tratan de pegar a un policía. Y, sí, todos gesticulan con las bocas y los ojos muy abiertos en un montón de primeros planos.  Por cierto, en esta escena, brutal y violenta como ella sola, el poli cree que el Vengador Tóxico es el hijo de un vecino que vuelve del cole. Mientras, el prota, mete a Cara de puro en un tubo metálico a base de puñetazos en las partes nobles. Y lo hace.

La absurdez del argumento sigue su marcha cuando el Vengador va a ver a su madre y la provoca un infarto. ¿Qué se puede hacer? Batman tiene la Batcueva, Superman la Fortaleza de la soledad. El Vengador lo tiene fácil: se va a un vertedero de residuos a vivir, donde se pone la mesa con tenedores y cuelga una foto que dice "Mami" 

Resultado de imagen de the toxic avengerPero todos sabemos que un superhéroe sin una chica que le enamore es una porquería y esta peli no es una excepción. Porque  no lo olvidemos, es una cinta de superhéroes. Por eso, en otra escena, tres atracadores, que no paran de gesticular y poner caras raras, atracan un restaurante donde hay una chica... ciega. Y, nuestro colega el Vengador entra en escena y la salva. Una cosa: ¿cómo sabe el prota dónde hay problemas? Ni lo dicen ni falta que hace; eso sería aportar coherencia a un producto cuya gracia estriba en que no la tiene. La escena del rescate no tiene desperdicio y, de nuevo, la violencia es bestial: a uno le fríe las manos, a otro le pone la cabeza bajo la máquina de batidos (tras ponerle nata y guinda) y a otro le arranca un brazo que, por cierto, el tipo no lo nota hasta que el Vengador lo usa de raqueta. Pero lo bueno es que nuestro amigo tóxico acompaña a la Sara a su casa. Esta, como es ciega, se tropieza con todo sin misericordia y aporrea con el bastón, sin querer, sus partes al Vengador porque, claro, no ve. Luego hace lo que todos hemos visto alguna vez: tratar de palpar la cara del otro para conocerle. Pero la chica es ciega y algo tonta (o muy lista) porque, palpando, palpando, le soba el paquete (tóxico) al Vengador y este tan feliz. Y ella, más. Esto, que hoy en día sería impensable por la carga moral del tema, lo muestran sin pudor y recreándose en ello sin miramientos. Años ochenta, cómo se os echa de menos... Por cierto, cuando los polis acuden al restaurante, investigan zampando como cerdos mientras los camareros están en estado de shock. O eso o son idiotas profundos. Mirad:




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Sarah. Lo de las caras no es exageración mía.


La peli, que continúa  a pesar de nuestra salud mental, se  permite el lujo de detenerse en mostrarnos cómo el Vengador y Sara se lo pasan pipa intimando, haciéndose carantoñas y, por supuesto, copulando (quién sabe si de manera tóxica o no) como leones. Y aquí me detengo en la siguiente reflexión que me ha venido a la mente y que denota lo mal que puedo llegar a estar: en una escena posterior, el Vengador mea en plena calle y lo que sale por ahí es ácido corrosivo y verde. ¿Entiendo que, para otros menesteres, sale del susodicho órgano algo más mundano y menos peligroso? Porque, de lo contrario, pobre Sarah. Ejem... Un detallito: cuando el Vengador se pone calentorro, su entrepierna expulsa humo. Solo para que lo imaginéis. 
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Después de cumplir, un cigarrito es lo mejor...


Si algo tiene el guión de la peli, es que no cae en las repeticiones. Es decir, cada momento es más absurdo que el anterior y eso se nota. Por eso, sabemos que el alcalde, que es gordo y seboso al estilo Jabba the Hutt (come mientras le masajean), anda metido en asuntos de droga. Nada, el Vengador, que debe tener poderes Jedi, entra en el gimnasio y se carga al hombre del alcalde con una de las máquinas. ¿Como ha entrado sin ser visto? Qué más da. ¿Cómo ha sabido el tema de las drogas? Ni importa, el caso el matar. Y tan bueno es el prota, que en la siguiente escena, cuando Wanda está magreándose a sí misma toda sexual, la sienta sobre las brasas de la sauna por aquello de matar. No se llama Vengador de casualidad, ¿no? La cuestión es que si te preguntas qué hacia Wanda en el gimnasio de noche, cómo ha entrado, de nuevo, el Vengador o cómo sabía este que ella estaba allí corres el riesgo de descubrir, de manera espontánea, que el guión es una porquería. Consejo: no lo hagas y disfruta de la peli, que para eso está.

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No iba de broma.


Pero la aventura continúa y, la venganza, también. Después de una persecución que denota el increíble entramado de pasillos que supone el gimnasio, le toca el turno a Julie. ¿Queréis ver una mujer berreando muy mal al borde de la muerte? Pues esperad a esta escena. De veras que dan ganas de matarla. Tranquilos, de Slug y Bozo también se ocupa. No perdáis de vista las caras de los dos colegas gritando durante la carrerita del coche. Sí os confieso una cosa: esta escena se me ha hecho muy larga. Todo sea por una buena venganza tóxica...





La capacidad del argumento para seguir sorprendiendo al espectador es como lo de la Sábana Santa: un misterio que te absorbe. Por eso, después de hacer mucho el bien, el Vengador cae en el lado oscuro y mata a una vieja metiéndola en una lavadora. Así, sin más. ¿Por qué? Chico, yo no lo sé porque es una escena que viene de golpe pero, para que os hagáis una idea, es por algo así como que está un pelín descontrolado. Y, la verdad, es una razón poderosa. Repito: entra en una lavandería y, con total crueldad, se carga a una anciana. Ver para creer...

La acción continúa porque, como se puede esperar, después de lo de la anciana, el Vengador es declarado peligroso y, por supuesto, hay que matarle. Todo esto, con mucho sintetizador de fondo. Ojo con posibles dolores de cabeza. La poli le localiza cerca de una granja mientras se lo pasa pipa con Sarah que está en bikini no sé por qué. Aquí podréis comprobar que los actores que escogieron para policías son los menos indicados, ya que no pegan ni con cola. Supongo que el tema casting es algo que tratar a parte. 


Llegamos al momento final, es decir, el ejército y la policía acorralan a Melvin y Sarah que, por cierto, duermen a pierna suelta en la tienda y no se enteran. Y es entonces cuando acudimos al momento cumbre. Y es que el Vengador ha salvado a mucha gente que no duda en ponerse antes las armas para evitar que le maten. Añadid un toque gore cuando saca las entrañas del alcalde y listos. Final no. Finalazo. Y, por supuesto, todos a aplaudir cuando Sarah y el prota se dan un abrazo. Si no sueltas la lagrimita con este momento, es que no eres humano. O eso o estás tóxico.

¿Y qué pasa con los actores? Pues os puedo decir que están a la altura de la peli. Basta con que miréis las fotos que os he puesto un poco más arriba para haceros una idea de cómo lo hacen. Todos estridentes. Todos exagerados. Y todos sobreactuados a más no poder. Las caras de Mark Torgl haciendo de Melvin no tienen precio y, tan solo con verle, te ríes, como en ese momento en que pega su cara al cristal y se le deforma la nariz. Jennifer Babtist y Cindy Manion, esto es, Wanda y Julie, hacen poco pero ponen cuerpo y delantera y eso ya es mucho (en esta peli, claro) Robert Prichard como Slug es, quizás, el que menos caras pone pero con esa cinta del pelo que luce (de nuevo, los años ochenta) queda como queda. Pero, sin duda, el más desfasado, el más estridente, es Gary Schneider haciendo de Bozo. Los primeros planos del tipo no tienen precio y, de tan malo que se supone debe ser, resulta el más cómico (por no decir ridículo)

¿Y los efectos? Ochenteros. Pero ochentenos cutres. Está claro que el Vengador es otro actor diferente a Mark Torgl (no podía de ser de otra forma) ya que el tipo está cachas y es alto. Y gesticula como un orangután ante la cámara sin pudor. La máscara se le nota a la legua, lo m mismo que el ojo postizo. Y toda la casquería, vísceras y derivados ahí quedan.

¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? Lo vuelvo a decir: esto solo son meras palabras, ya que esta peli hay que verla y comprobaréis que todo lo dicho aquí se multiplica de manera exponencial. En otras palabras, es cutre como ella sola pero, también, tiene una chispa rara que hace que, durante todo el metraje, no apartes la vista de la pantalla. Se puede decir que es mala con avaricia, interpretada de peor forma aún y con situaciones ridículas y peor resueltas. Pero con gracia. No sé si el tono de cachondeo fue adrede o les salió así, tipo Plan 9 del espacio exterior pero, os lo garantizo, servidor se lo ha pasado pipa viéndola. Es una de esas pelis tan malas que hay que verlas para poder decir "¡Yo la he visto!" Si os animáis, estoy seguro que no os va a dejar indiferentes. 

Un detalle de última hora: a Batman le llaman El cruzado de la capa; a Superman, El hombre de acero. Al Vengador Tóxico se le conoce como El Justiciero de la fregona porque, cuando mata, pone una fregona en la cara de la pobre víctima. Ole...

Como apunte final: se rumorea que están preparando un remake... con Arnold Schwarzenegger a la cabeza. No penséis. Sentid.

Vigilad el cielo.


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miércoles, 12 de abril de 2017

La sombra de Frankenstein

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La sombra de Frankenstein (Son of Frankenstein)
(1939)
Director: Rowland V. Lee.
Guión : Wyllis Cooper.

Basil Rathbone.
Boris Karloff.
Bela Lugosi.
Lionel Atwill.
Josephine Hutchinson.
Edgar Norton.


El hijo del doctor Frankenstein regresa al castillo de su padre…


Hoy os traigo una nueva entrega de la saga de la familia Frankenstein y cierta criatura creada a partir de partes de cadáveres. Si eres de los que piensan que el monstruito de turno interpretado por Boris Karloff solo salió en dos títulos (El doctor Frankenstein y La novia de Frankenstein) vas apañado. El personaje dio para muchas pelis independientemente de los actores metidos en el papel. Esta que comento hoy es la primera desde que en 1935 James Whale hiciera de celestina y crease una novia de pelos a lo Marge Simpson para la criatura.

Muy bien; ahí voy…


Resultado de imagen de son of frankensteinMe gusta que la película vaya directamente al grano. Tenemos una duración prudencial por delante, unos noventa y cinco minutos, pero ya sabemos que las pelis de esta época y de este género no solían (por suerte) perder el tiempo en tonterías. Por eso, la situación que en la que nos movemos se plantea desde los primeros minutos: un nuevo Frankenstein va a llegar y a todo el mundo le sienta como una patada en las entrañas. Más que nada porque el papi del susodicho fue ese señor que no tuvo otra cosa que hacer que construir un ser con trozos de muertos. Vamos, que amigos no va a encontrar ahí.

Otra cosa que destaco es que, como dije antes, esta película puede ser considerada una secuela y, por tanto, debe conectar con sus predecesoras. Y eso es lo que hace esta nueva entrega. Por eso, no sólo vamos a conocer personajes familiares entre los miembros del pueblo, sino que ciertas cosas van a estar cómo y dónde las dejamos, léase el laboratorio destruido tal y como quedó en La Novia de Frankenstein. Esto hace que haya una continuidad más que notable que provoca que, si como servidor has visto las dos pelis originales miles de veces, sepas apreciar detallitos y guiños que quedan muy bien. Por otro lado, si no has visto nada de las aventuras del monstruo de cabeza cuadrada y, además, te importan un comino, aquí te resumen lo sucedido en un par de diálogos muy bien puestos en boca del hijo de Frankenstein o de los miembros del Concejo del pueblo, que, aparte de recordarle al nuevo vecino que su padre fue un poquito chiflado, le dejan claro que allí preferirían hundirse en el fango antes que brindarle un saludo.

Resultado de imagen de son of frankensteinLa película no puede decirse que sea de terror, no al menos en la línea del propio Frankenstein, Dracula o la Momia (ese impacto inicial ya había quedado un poco diluido) Esto quiere decir que los momentos truculentos están contaditos y bien llevados. Por eso, el guión avanza lento (sin molestar), tomándose su tiempo en presentar personajes y situaciones. Así una vez teniendo claro quién es quién, acudimos a ese diálogo entre Krogh, el inspector, y el barón cuando, por charlar de algo, hablan de crímenes no demostrados y de víctimas que aparecen con el corazón reventado. Y, todo ello, como debe ser, con truenos y relámpagos de fondo. No es hasta el momento en que Frankenstein hijo llega al mausoleo cuando las cosas comienzan a acelerarse y a aumentar en interés. Más que nada porque allí vemos que el famoso monstruo no está muerto, sino que le cayó un rayo pero el tío sigue vivo (claro que eso de vivo en un individuo hecho de trocitos de muertos suena un poco a cachondeo) Y aquí, el pobre barón cae en una cosa: a fin de cuentas, el monstruo y él son “hermanos”. Curioso, ¿eh?

Por eso, otra cosa que me gusta mucho de esta cinta es el carácter agorero y de tragedia que se respira desde el principio. No solo por el hecho de que, de nuevo, el monstruo esté por ahí fastidiando al personal, sino porque es evidente que la tragedia se masca y hay muchos personajes que directamente (el barón y la familia) o no (el inspector y su brazo arrancado) que son víctimas de esa tragedia. 

Resultado de imagen de son of frankensteinLa atmósfera que reina en toda la cinta me parece muy bien llevada. Prácticamente toda la peli sucede de noche y se percibe un juego de sombras que queda muy sutil pero que, si uno se fija en él, está claro que acentúa ese sentimiento de terror de una peli de esta época. El castillo del barón es viejo, lleno de paredes que no tienen ni un solo cuadro y adornos en formas de escaleras o la sombras que están proyectas que dan un toque muy acertado. Y, sí, como dije antes, muchos truenos y muchos relámpagos que ponen, muy bien puesto, al espectador en situación.

Sigo. Hablar de una peli de Frankenstein equivale a hacer mención especial a una cosa fundamental: el maquillaje. Aquí hay que hablar del referido a dos personajes fundamentales. Por un lado, claro está, el monstruo en sí. Es lo que esperas: cabeza cuadrada, ojos mortecinos, pálido y anda como un zombi. Por otro, Igor, con ese aire de troglodita descoyuntado. Ambos, para mí, muy bien hechos, perfectos para los actores que los interpretan y los personajes que llevan sobre sus hombros.

¿Escenas que me han gustado? Varias. La de la bienvenida (o malavenida, porque eso es lo que es) del comienzo está muy bien: todos serios, caras largas, frío y lluvia. Los asesinatos variados (que los hay, no subestimes la peli), están muy bien mostrados y, a su modo, muy crueles. Mirad cuando la criatura pone debajo del carro al pobre desgraciado (para matarlo, claro) o el asesinato del Burgomaestre (el mismo actor que la primera entrega), que vemos a través de sombras. Otra a tener en cuenta es esa en la que el monstruo toma conciencia de sí mismo en un espejo y se compara con el barón para llegar a una triste conclusión: es feo. Pues sí, pero un monstruo guapo como que no mola.

Resultado de imagen de son of frankensteinPero si debo destacar una escena en especial es una en concreto que me encanta. A ver, puede que yo sea muy friki y que, por ello, me haga preguntas absurdas pero, contéstame a esto: ¿no te has preguntado nunca lo que le sucede al monstruo de Frankenstein? Pues en esta escena que te digo, cuando el barón le hace un chequeo, es cuando sabemos un montón de detalles muy curiosos y que, bien mirados, aportan un realismo considerable (y hace que te expliques muchas cosas) Atentos: tiene pupilas contraídas; cráneo deforme; osteodermis en la frente; tensión pelín elevada (300-220. Ozú); hiperpituitario, cosa que explica su tamaño monstruoso (agudo juego de palabras, eh), 250 pulsaciones por minuto. ¿Más? Sí. Resulta que prepondera el ventrículo izquierdo y en su sangre las células luchan entre sí. Ah, y tiene el cuerpo lleno de balas que no le hacen nada. Vamos, en palabras del barón, un superhombre. ¿A que nunca os lo habíais planteado de este modo? El monstruo que en la primera peli quería coger la luna como un pánfilo resulta que es un incomprendido porque es un supertipo. Desde luego, un diez a la originalidad y al hecho de ahondar en un personaje que, en principio, parece plano. 

Imagen relacionadaPaso a los actores. Para mí, todos de matrícula. Veamos, Basil Rathbone como el barón queda perfecto. Resulta una extraña mezcla entre buen tipo, algo estirado, de buena voluntad pero con su toque de científico chiflado. Boris Karloff fue, es y será la criatura. Aquí cumple como debe y queda bien, si bien puede decirse que se luce menos que en las otras. Bela Lugosi como Igor está de fábula, el paradigma de ayudante deforme que hemos visto hasta el cansancio en pelis de miedo o sus sucedáneos. Quizás Karloff tuvo que sufrir lo suyo con el maquillaje pero, aquí, Lugosi no le va a la zaga: entre el pelo, la barba y ese hombro derecho fuera de su sitio tampoco lo debió pasar de maravilla. Con todo, grande, como siempre (se me ve el plumero con el actor pero qué le vamos a hacer) y puede considerarse que es un protagonista en la sombra, eje de todo. Lionel Atwill como Krogh es otro gran acierto. Me encanta la cara de sieso que tiene y cómo maneja ese “brazo ortopédico) Josephine Hutchinson queda un poco más aparte como mujer del barón pero es que su papel no da para más. Y, como dije antes, buen detalle de que el Burgomaestre o el padre de la niña María (famosa escena de la primera peli) sigan ahí.

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Resultado de imagen de son of frankenstein basil krogh


Hasta aquí te escribo. Me gusta mucho esta entrega, todo un “reinicio” de la saga muy digno que no solo mantiene muy bien el interés, sino que entretiene de lo lindo. Un guión muy bien llevado, una puesta en escena bastante cuidada y unos actores que se creen lo que hacen y lo transmiten al espectador. Fijaos; es de 1939, ahí es nada. Si podéis, dadle una oportunidad y, si os gusta, haced como yo: ved todas las entregas de la saga y veréis que hay una conexión muy notable entre ellas. 

Como curiosidad, os digo que hubo unas cuantas pelis más con el personaje que contaron con Igor y, posteriormente, con nada menos que el hombre lobo. Esta cinta que hoy te comento fue la última vez que Boris Karloff se metió bajo la piel y maquillaje de la criatura porque consideró que más no se podía hacer. Y, como detalle anecdótico, Benson (Edgar Norton), el criado del barón, también fue criado de otro elemento cicutrinio de cuidado: el mismísimo doctor Jekyll en El hombre y el monstruo.


Vigilad el cielo.



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