domingo, 5 de octubre de 2014

El murciélago diabólico

El  murciélago diabólico (The devil bat)

(1940)

Director: Jean Yarbrough.
Guión   : John T. Neville, George Bricker.


Bela Lugosi.
Mary Heath.
Dave O’Brien.
Donald Kerr.


 



Un científico decide llevar a cabo su venganza usando un murciélago que él mismo ha modificado...


Hola a todos.

Hoy os traigo una peliculita de terror de los años cuarenta que tiene como estrella nada menos que a Drácula, Bela Lugosi. Se trata de una cinta de la época cuyo mayor atractivo suele ser precisamente ese: su estrella protagonista. Por delante vamos a tener sesenta y ocho minutos de misterios, venganzas y crímenes. Todo depende, claro está, de cómo se las apañaron para llenar todo ese tiempo. Muy bien…

A favor debo destacar algo que te va a sonar algo raro en este apartado de la reseña: lo cutre que es. Y es que, justo por eso, la peli resulta encantadora. La premisa no hay por donde cogerla y, bien mirada, es una chorrada como un piano que no deja de resultar retorcida: un científico se quiere vengar de sus enemigos y, para ello, entrena a un murciélago agrandado artificialmente para que mate a unas víctimas que lucen el olor de un after shave. Lo admito, escrito queda de lo más raro y, si me apuráis, hasta ridículo. Pero, lo vuelvo a repetir, es por esta razón por la que la peli tiene ese aire encantador de la época que justifica el hecho de estar hora y pico sentado en el sofá viéndola. Por eso, por lo desternillante de la trama, resulta divertida y va a hacer que veas los acontecimientos llenos de venganza y mala baba que vas a ver.  No preguntes mucho ni trates de buscar lógica a un producto que, desde su escena inicial, no tiene mucha.

Como puedes imaginarte, en un metraje tan limitado no hay tiempo para muchas cosas. Por eso, desde la primera escena, conocemos al buen doctor Carruthers mientras se las ve y las desea para agrandar con muchos rayos y electrodos a un murciélago. No cabe duda: el tipo va a ser el malo de la peli. Después, el resto de los personajes, léase los pobres pringados que van a sufrir el ataque vengativo del doctor. La trama no se va a hacer esperar; muy pronto, conoceremos sus deseos más oscuros y la razón por la que hace lo que está a punto de hacer. A partir de aquí, toca relajarse y pasarlo bien viendo cómo la mascota de Carruthers se lleva por delante a todo el que tiene la desgracia de afeitarse y usar el after shave maldito. No más, pero tampoco menos.

Los actores…  Bueno, vamos a dejar clara una cosa: esta es una peli de Bela Lugosi. Él es el eje de todo y, debo decir que, sin la inquietante presencia y buen hacer del actor, esta película estaría más profunda aún en el saco de pelis cutres de la época. Lugosi se las apaña para hacer creíble un personaje que, bien mirado, destila un tufo a científico chiflado de cómic (cutre) más que considerable. El resto del elenco, al menos para mí, deja bastante que desear en un despliegue interpretativo más que dudoso. Vale, el guión tampoco da para mucho para mucho pero, a fin de cuentas, la figura de Lugosi, aún en una historia tan rallante como esta, se hace notar. Por eso,  Mary Heath (Mary), Dave O’Brien (Johnny) o Donald Kerr (Certero) pasan por la pantalla tratando de parecer muy naturales pero, al menos para mí, o se pasan (Caso de Johnny o Certero) o no llegan (caso de Mary)



En cuanto a las cosas que no me han gustado mucho o, mejor dicho, que no me terminan de convencer, debo mencionar varias. La primera y más evidente de todas es lo cutre de la trama que, bien mirada, como dije antes, se acerca de manera bastante peligrosa al ridículo. No sé si lo plantearon así porque sí o, simplemente, fue un intento desesperado de asociar la figura de murciélago a Lugosi para atraer al personal al cine pero, mirado en su conjunto, el efecto es bastante delirante. Admitámoslo: que un after shave sea la excusa para que un murciélago ataque suena, como dije antes, cutre en extremo pero, a la vez, muy, muy curioso.





La peli cuenta con una serie de detallitos que, una vez que te metes en ella pueden o intentan pasar desapercibidos pero, si te paras a analizarla un poquito en profundidad, salen a la superficie de la manera más cantosa que te puedas imaginar. Por ejemplo, Lugosi habla en voz alta consigo mismo para hacer saber al espectador sus malvados planes. Esto le da un aire de malvado de cómic que tumba. El jefe de la policía (que, por cierto, no vale para nada ya que ni él ni los hombres del cuerpo hacen ni descubren nada) le da todo tipo de información, con todo lujo de detalles, a los primeros periodistas que llegan. El murciélago se carga a unos cuantos a lo largo de toda la peli pero los familiares y amigos de las víctimas no parecen muy afectados. Es más, es como si no lo notasen. Y, por si fuera poco, Carruthers evita tocar la loción de la muerte  (hasta se mosquea cuando uno, de broma, le tira un poco a la cara) pero bien que da la mano al que ha echado un poco de after shave en la suya primero. Nada, detallitos...


Pero si hay algo que canta con voz de tenor son los efectos. Aquí se van a centrar en una cosa: el murciélago. Sí, es un muñeco que apenas se mueve y va colgado de un cable. ¿Qué le enfocamos en primer plano? Pues se inserta la imagen de uno vivo con la cámara pegada a la cara para hacerlo parecer más grande listos.





¿Más? Sí. Los periodistas Johnny y Certero me caen mal; tratan de resultar tan naturales, duros y graciosos que el efecto se me hace justamente lo contrario. Y, para colmo, como no encuentran ningún murciélago asesino real, se lo inventan… pero se les olvida quitar la etiqueta “made in Japan” (...) A esto, hay que añadir el nulo respeto que tienen a su editor jefe, al que torean cómo y cuándo les da la gana. Y, a propósito, ¿qué tipo de médico es Carruthers? Le llaman “doctor” pero a mí me parece más un científico y, de hecho, actúa en su laboratorio como tal, No obstante, le llaman para certificar muertes.  Por cierto, no me digáis que la resolución de la peli no es rápida: aparece el murciélago, se lleva por delante al malo y fin. No explican nada, no se aclara nada. En fin, cositas que ahí quedan.




Pues esto ha sido todo. La peli no me parece una maravilla pero debo reconocer que, dentro de lo absurdo de su trama, resulta entretenida y no deja de ser una mera curiosidad. Yo, lo tengo que reconocer, la tengo porque sale Bela Lugosi y, para mí, eso ya es más que suficiente pero reconozco que es muy, pero que muy flojita que, depende de cómo te pille, puedes olvidar nada más leas el “The End” y, si eres aficionado al género, la recuerdes, sobre todo, por su actor protagonista. Sí os la recomiendo, en primer lugar, porque sale Lugosi (me repito más que un profe pesado pero es verdad) y, en segundo, porque el conjunto es tan delirante que hasta resulta simpática. Es ideal para que, un sábado por la tarde que no tengas nada que hacer, te hagas un chocolatito caliente y te arrimes a la parejita para pasar un rato curioso (viendo la peli, no pienses mal...)






Vigilad el cielo




4 comentarios:

  1. Hablé de esta película hace un año en mi blog ya que le dediqué una retrospectiva a su director Jean Yarbrough, uno de esos grandes malos directores que tiraban de imaginación para suplir todas las carencias que tenían a la hora de rodar sus películas. Esta del murciélago y la de King of the zombies serían sus "mejores" películas pero tiene una filmografía de esas que quitan el hipo pero para mal.

    Como siempre, un placer leerte, un abrazo

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    1. Vaya, la de King of zombies no la he visto pero ya me has despertado la curiosidad. Con todo, aunque sea por Lugosi, hay que ver la peli.
      Un placer que me leas.

      ¡Saludos!

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  2. ¡Hola, Israel!

    Mientras leía tu reseña me acaba de llegar la revista Cinemanía y hablan de Bela Lugosi, Christopher Lee y muchos más ya que hay un especial de Drácula. Creo que te podría interesar y la portada es muy chula :-)

    Nos leemos!

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    1. ¡OOOOOOOOH! ¡ME ENCANTA LA PORTADA!
      ¡Es uno de mis momentos favoritos de la peli del 58! Ya mismo la tengo aquí, dispuesto a dejarme vampirizar jejejejjee...

      ¡Muchas gracias, compañera!

      ¡Nos leemos!

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