Oz, un mundo de fantasía (Oz the great and Powerful)
(2013)
Director: Sam Raimi
Guión : Mitchell
Kapner, David Lindasy-Abaire
James Franco
Mila Kunis
Rachel Weisz
Michelle Williams
El
mago Oz es transportado a un mundo mágico donde debe cumplir una profecía…
Y
vamos allá con una película que, de veras, tenía muchas, pero que muchas ganas
de ver. Por un lado, soy un gran admirador del libro El Mago de Oz escrito por Frank Baum (petición personal a maestros
y maestras: mandadlo como lectura en clase. A veces, lo mejor, lo tenemos
delante de nuestras narices) Por otro, me encanta hasta límites desorbitantes
la película de 1939 dirigida por Victor Fleming e interpretada, como todos tenemos
en nuestra memoria colectiva, por Judy Garland. Además, había varios factores a
favor de esta película que la hacían, a priori, muy interesante. Así, tras las
cámaras tenemos a Sam Raimi, el individuo responsable de gamberradas varias como
la trilogía de Posesión infernal o
los paseos por Nueva york red arácnida en mano de la primera Trilogía de Spiderman. Además, su intérprete
principal, James Franco me parece un actor más que interesante. Por último
(entre otras muchas cosas), esto no es un remake (tan en boga hoy día) sino una
precuela (que, vale, también abundan) Personalmente creo que una película en la
que se nos narre de dónde viene cada uno de los personajes de la historia que
todos conocemos me parece original y, si se hacía bien, muy acertada.
Muy
bien, vamos a por ello. A favor puede decir:
Me
gustan mucho los título iniciales a modo de lo que me han parecido recortables
antiguos al son de una música característica, tarareable y muy pegadiza que
define muy bien al hombre detrás de la partitura: Danny Elfman (curioso cuando
lo he visto porque Elfman, después de la mala experiencia con Raimi en
Spiderman 2, juró y perjuró que no trabajaría más con el director. Por suerte,
se ve que han arreglado sus cosas) Dicha musiquita se va a repetir de manera
más menos variada a lo largo de toda la película y, sobre todo, cuando aparecen
ciertas cajas de música a modo de utensilio para ligar. Con todo, la banda sonora
de esta peli me parece más que destacable y tiene momentos muy recomendables.
Nada
más terminar los títulos, debo de señalar algo que me ha gustado mucho: los
primeros minutos de metraje son en blanco y negro. ¿Es esto un eco de lo que
vimos en la peli antigua? NI dudarlo pero creo que, aparte de un sonado
homenaje, queda muy bien porque nos hace conectar de firme con la historia
clásica. Además, el tono y matiz del blanco y negro queda muy natural y, al
menos para mí, muy conseguido. ¿Es eso todo lo que evoca a la anterior peli? No
porque, de entrada, vemos un circo y oímos el nombre de una ciudad: Kansas. Lo
que viene a continuación es cuestión de dejarse llevar y pasarlo bien.

La
película, como puede verse, sigue el patrón clásico de la lucha del bien contra
el mal, metiendo el tan usado (ojo, que no lo digo como algo malo) recurso de
la profecía de que alguien poderoso debe venir a poner las cosas en orden. Y
ese carácter clásico se aplica, claro está, a los personajes. Aquí, amigos
vigilantes del cielo, los buenos, a pesar de chulos y arrogantes, son muy
buenos y los malos, malos con ganas, avaricia y mala baba. Como debe ser. Y los
buenos se rodean de amigos en forma de monos parlantes o niñitas de porcelana y
los malos (léase malas) de monos voladores con idéntica mala idea que ellas. Y
aquí paz y después gloria. Ah, y me gusta mucho el giro de acontecimientos que
se produce en las dos hermanas brujas que hace que, sin duda, el interés del
espectador se mantengan de manera bastante correcta. Tranquilo; no diré nada
por si te animas a verla.
Otro
aspecto que me gustaría destacar de la peli es que, aparte de ser bastante
respetuosa con la peli clásica, se esmera bastante por hacernos creer que el
tiempo no ha pasado (para el espectador claro; recordad que esto es una
precuela) Por eso, el camino de baldosas amarillas sigue estando ahí, la Ciudad
Esmeralda luce majestuosa y, además, hay ciertos guiños evidentes a la primera
cinta. Ahí están las burbujas de Glinda, el campo de amapolas mortal,
referencias a Espantapájaros o cierto momento en el que Oz se enfrenta, con un
truco de los suyos, a un león al que, por huir, califica de cobarde. Los monos
voladores de la bruja mala, aún algo cambiados, siguen recordando a los
anteriores y han sabido añadirles un lado más salvaje. Y, claro está, cierta
bruja, al volar, deja estela. Servidor, que ha visto la peli de 1939 un buen montón de veces (y las que me quedan
por delante), he agradecido estos detallitos; espero que tú sientas lo mismo.
Pero
esta es una peli de fantasía (gracias, Señor) y eso, en el siglo XXI, con los
adelantos que tenemos en el cine, debe notarse. ¿Hay efectos potentes en esta
peli? Sí, eso ni lo dudes. Ahora bien, al menos para mí, debo reconocer que
sirven para contar la historia y no para apabullar al espectador. Por supuesto,
los hay sutiles (los seres que pululan por el país de Oz, la ciudad esmeralda,
la escena final o los monos voladores) y luego bastante significativos, como el
que muestra a Franco ya como Oz luciéndose antes las brujas malas. Debo decir
que este último me ha gustado mucho no por cómo lo han mostrado (que está
genial) sino porque es clavadito a lo que el viejo mago Oz hace en la anterior
película, es decir, mucho ruido, mucho humo y una cara enorme con voz teatral
al frente. Y, claro está, luego están las virguerías que evidencian un
presupuesto elevado y que aquí toman forma de niña de porcelana o de mono
parlanchín y volador vestido de botones. Con todo, me parecen unos efectos muy
bien llevados. Ah, y muy buenos esos “toques made in Raimi” que son la primera
aparición de la bruja malvada del Oeste como tal (esa mano en primer plano y
luego arañando la mesa) o la bruja en la que se convierte Weisz a modo de
demonio colgando y poniendo caras. Raimi (por suerte), no puedes evitarlo.
¿Aspectos
mejorables?
Bueno,
yo sólo diría un par. El principal, sin duda, es la propia bruja malvada del
oeste. Vamos a ver, no estoy diciendo en
absoluto que la actriz lo haga mal (no te pienso decir quién es) pero el
aspecto que le han dado no me ha terminado de convencer; me ha parecido que la
cara es demasiado redonda y que se han limitado a ponerle una nariz y barbillas
enormes. No es que me moleste pero no me ha terminado de gustar. En mi mente
tengo la imagen de la bruja de la peli de Fleming, de andares jorobados y
rostro cadavérico de pómulos marcados y expresión malvada. Y es que, con todos los
respetos a la señorita, la sombra y recuerdo de Margaret Hamilton, la actriz
que interpretó a la bruja en 1939 son y serán (al menos para mí) muy, pero que
muy alargados. Además, en esta peli, la intervención de la verdosa bruja del
Oeste me ha sabido a poco. Cuestión de gustos (y a mí me encantan que los malos se luzcan, que por eso son malos)
Y
por último, una mera reflexión personal más propia del fan que otra cosa pero
ahí queda: ¿qué hay de los famosos chapines de rubíes que son el eje principal
de lo que ocurrirá años después? Ahí queda eso…
Con
todo, recomiendo verla. Me ha parecido la excusa perfecta para ir al cine,
comprar una buena bolsa de chuches y pasar un rato divertido de ese que hace
que, por un espacio de dos horas largas, te olvides de tus problemas y viajes a
un lugar mágico. Si te animas, compra un billete y déjate llevar.
Muchas
gracias y recordad: vigilad el cielo.
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