sábado, 14 de mayo de 2016

Encuentros en la tercera fase






Encuentros en la tercera fase.
(Close encounters of the third kind)
(1977)

Director: Steven Spielberg.
Guión   : Steven Spielberg.

Richard Dreyfuss.
François Truffaut, 
Melinda Dillon.
Teri Garr.




Unos extraños avistamientos comienzan a producirse en distintos sitios. Un electricista, Roy, verá un ovni y, a partir de ahí,cambiará su vida...



"Si en la cara oculta de la luna todo está a punto, vengan las cinco notas."

 "El sol salió anoche y me cantó."


La peli que hoy traigo a este humilde rinconcito es un clásico, la abuela (o la madre, depende de cómo lo mires) de las películas de extraterrestres. No te descubro nada si te digo que Steven Spielberg está detrás de las cámaras y además, escribió el guión cuando el tipo estaba encarrilado en una carrera meteórica después de Tiburón. Ojo, no te equivoques; esta es una cinta de extraterrestres pero contada desde un punto de vista serio, así que no esperes ver rayos, explosiones, destrucciones varias ni nada por el estilo. Y ese, entre otros muchos aspectos, es su punto fuerte y un gran matiz de diferencia para con muchas producciones del género que vinieron después.

¿Listos?

La película tiene una presentación de acontecimientos y personajes
sublime. Para empezar, tenemos la secuencia del desierto de Sonora, donde aparecen unos aviones de la Segunda Guerra Mundial como nuevos. Nada; eso nos pasa a todos alguna vez pero, si te encuentras con un anciano que te dice medio flipado "El sol salió anoche y me cantó", mejor que te pongas alerta. Luego pasamos a otra escena tremenda en el que unos controladores aéreos siguen la pista de un par de aviones que dicen ver luces en el cielo. La frase "¿Desea confirmar presencia ovni?" me parece antológica. Sin música, sin efectos; solo diálogo. ¿Más? Claro porque la presentación sigue con un niñito muy mono que se despierta porque algo o alguien se ha metido en casa. 

La peli sigue tranquila cuando conocemos a Roy, electricista y padre de la época que explica a su hijo una tarea de matemáticas impensable para los alumnos de hoy día. Luego, toca ir por la carretera, ver luces raras en el cielo y... La cinta está planteada. Sí, amigos, aquí vamos a ver ovnis. Y, sí, besar a tu mujer mola pero lo haces mirando al cielo por si las moscas.

Pero si la familia de Roy va a tener su importancia, cosa evidente, no menos van a tener los militares y estudiosos que el gobierno pone en marcha. Por eso,  hay una serie de secuencias que vienen a continuación que ya forman parte de la Historia del cine. La del barco abandonado en el desierto, es alucinante. Y, si de cosas alucinantes hablamos, atentos al momento siguiente cuando el francés Lacombe está en la India con esa multitud cantando una melodía pegadiza como ella sola y, cuando pregunta de dónde vienen.. todos señalan al cielo. Bestial. Como bestial es la conferencia que da el mismo personaje e identifica la melodía con los gestos de la mano.


La trama avanza. Los del gobierno, que son medio lelos, reciben muchos números que no tienen ni idea de qué son. Menos mal que un intérprete, que antes leía mapas, se da cuenta de que esos números son coordenadas. Nada, el que sabe sabe, aunque sea un barbudo intelectual. Y, si de saber hablamos, no debe haber nada más frustrante que tener una idea en la cabeza y no saber plasmarla porque no tienes ni puñetera idea de qué es. Por eso, el niñito de antes toca la melodía con un juguete y su madre, que pinta que no veas, hace dibujos de una montaña. Una pena que al enano se lo lleven por los cielos. Esta escena me encanta. No se ve nada, pero se advierten muchas cosas. Por ejemplo, la luz de la cerradura baja desee arriba, un detalle que te dice que algo, fuera, ha descendido del cielo. Y, cuando el niño abre la puerta... Tremendo. Además, es una escena de mucha tensión e, incluso, con su toque de terror. Conste que estamos en el minuto cincuenta y dos y, todavía, no sabemos muy bien qué pasa.


Pasamos a una escena añadida para la versión en DVD, una en la que los que han visto ovnis son atendidos por miembros del gobierno. La verdad, es una escena que ni pincha ni corta y creo que hicieron muy bien en quitarla en su momento. 


Por eso, la que sigue y que sí estaba en el montaje original, es mucho mejor: el gobierno se las ingenia para mentir a la población para ir a Wyoming, lugar de donde proceden las coordenadas anteriores. Chanchulleros...


A partir de este momento, aunque suene raro, la peli se ralentiza (que no aburre) y nos vamos a centrar en las grilladas mentales de Roy porque cree ver algo que solo él parece conocer en todo lo que le rodea: en la crema de afeitar, en el barro, en el puré (escena esta antológica) De verdad, el tipo parece un padre de familia normal y corriente y eso aporta mucha veracidad a la peli. Curioso que ese afan de Spielberg que yo llamo qué bonito es ser papá que impregna casi todas sus pelis, algunas mejor (esta cinta, Indiana Jones) y otras hortera a más no poder (Hook) ya se manifestaba desde estos comienzos. Por cierto, si alguien sabe por qué el prota se mete en la bañera vestido en mitad de la noche, que me lo explique. Quizás si alguna vez tengo la suerte de ver un ovni, haga lo mismo.


La peli da un buen giro cuando, después del drama familiar, Roy, que sigue a lo suyo con la imagen de una montaña, descubre al fin qué es lo que fallaba en su modelo mental: es una montaña sin cima terminada en pico. Y, lo bueno, es que es real, es decir, existe en la vida real: la Torre del Diablo. Aquí hay otra escena añadida en la que vemos a Roy robando cercas y macetas para su modelo a gran escala. Digo lo de antes: ni aporta, ni pincha, ni corta. Es más, es larga y pesada. Por suerte, volvemos al metraje original en el que Roy y la chica se arriesgan a ir a la misteriosa montaña y, tras pasar por pequeños detallitos, como descubrir que el gobierno y el ejército han montado una comedia considerable con veneno incluido, pasamos al desenlace final, la gran secuencia que ocupa mucho del metraje de la peli y que, sin duda, hará que la recuerdes. 


Y es que esta escena merece tratarse por separado porque, al
menos a mí, me parece una maravilla desde que empieza hasta que termina. Es un momento magistral donde se nos va a regalar un metraje para la posteridad que va poco a poco, de menos a más. Primero, vemos unas lucecitas, unas naves, por decirlo así, con las cinco notitas para romper el hielo. Luego, cuando la cosa parece que ha terminado, viene el plato principal en forma de nave gigantesca (o ciudad) que, a ras del suelo, tiene una conversación con los hombres de la base mediante... música. Fíjate como el guión se toma su tiempo en dejar entrever la colosal nave hasta que, dando la vuelta en el aire, casi se posa en el suelo. Sin música, solo imagen y sonido. Como lo has leído. Bestial. Es una escena espectacular, alucinante, tremenda, donde John Williams despliega todo su ingenio para hacer que esa conversación músico-cósmica (término que, haciendo gala de una imaginación portentosa, me acabo de inventar y me he quedado tan ancho) tenga perfecto sentido al son de las famosas cinco notas. La secuencia es larga pero ni se nota y, aún a día de hoy, me sigo quedando bien quietecito en el sofá disfrutando de ella. Por algo será, digo yo. Y, para colmo, ¿por qué todo esto? La respuesta viene cuando la parte baja de la nave se abre y salen todas esas personas de distintas épocas. Todo se resume en dos frases que dicen los técnicos: "Ni siquiera han envejecido. Einstein tenía razón" "Einstein, seguramente, fue uno de ellos". Ole.

Y así, los poquitos minutos que restan, no son más que el perfecto remate a una cinta sin punto muertos que, por una vez, con extraterrestres a la cabeza, termina como debe terminar: bien. Podría destriparte más pero ya he hecho bastante. Ahora te toca a ti disfrutar de esta maravilla.


Voy con los personjaes. Muy buenos y, sobre todo, creíbles. Aquí no hay héroes. No, al menos, como los entendemos hoy día, léase altos, cachas, guapos y con pelo. Roy es el prototipo masculino de la época: padre de familia, tripita incipiente y patillón setentero por delante. Ah, y bajito. No considero a Jillian un bellezón que no se despeina pero me resulta muy creíble. Lacombe tiene una pinta de académico que tumba y, por una santa vez, Barry, el niñito adorable, no es indigesto ni cae gordo (cosa que Spielberg es capaz de lograr. Si has visto Hook, Parque Jurásico o El mundo Perdido sabrás a lo que me refiero) 

Los actores lo clavan. Richard Dreyfuss es el perfecto currante y padre de familia trabajador. Melinda Dillon, aunque no tiene un personaje muy desarrollado, cumple como Jillian. François Truffaut resulta extremadamente creíble como Lacombe y es un punto muy potente a favor de la peli. Teri Garr como Ronnie aporta su granito de arena si bien es cierto que el personaje desaparece y adiós muy buenas. 






Los efectos son los del época, es decir, ajenos a las tomas CGI de hoy día pero, al menos para mí, muy bien hechos. Los ovnis resultan muy creíbles y la nave final, como dije antes, espectacular. Quizás porque sé que es una maqueta real, me gusta tanto y tiene ese encanto.

Y, por supuesto, cómo no hablar de la música y del enorme John Williams. Sí, esa melodía de cinco notas es obra suya y su capacidad para ilustrar y enriquecer las imágenes queda patente es esta peli. Repito: la conversación entre la nave alienígena y los militares es, simple y claro, espectacular. 

Fin. Decir qu eme gusta es quedarse corto: me encanta. Una peli como Dios manda; con un buen guión, atractivo, original y, sobre todo, divertido, un modo real de aproximarse al fenómeno ovni sin caer en los topicazos de siempre y sin apoyarse en exceso en efectos especiales. Para mí, si duda, la mejor película de extraterrestres que se ha hecho jamás.


¿Te animas?

Vigilad el cielo.





2 comentarios:

  1. Muy buena peli y gran secuencia final como dices. He visto una de las ediciones donde esta la escena del interior del nave, lo que precencia Roy cuando ingresa y, a diferencia de varias opiniones vertidas por ahi, encuentro la escena increible y que no estaba de mas. Saludos

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    Respuestas
    1. Hola, Francisco.
      Es verdad lo que comentas; yo también he visto esa escena y creo que está muy conseguida. En cambio, el resto de añadidos no me parece que sean muy relevantes.

      ¡Gracias por comentar y un saludo!

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