domingo, 29 de noviembre de 2015

Star Trek II: la ira de Khan


Star Trek II: La ira de Kahn. (Star Trek II: The wrath of Khan)
(1982)
Director: Nicholas Meyer.
Guión   : Harve Bennet, Jack B. Sowards, 

William Shatner.
Leonard Nimoy.
DeForest Kelley.
Ricardo Montalban.
Bibi Besch.
Merrit Butrick.





El capitán Kirk y la tripulación de la Enterprise debe enfrentarse a un viejo enemigo: Khan.



¡Saludos!

Hoy os invito a viajar por el espacio a bordo de una de las naves más famosos de todos los tiempos con una tripulación que no necesita de presentaciones. Me refiero, claro, a la Enterprise y su segunda incursión en el cine.

Decir que la primera película de la saga, Star Trek, La película, rozó la delgada y peligrosa línea del aburrimiento es ser, como poco, realista. Aún así, y a pesar de que fue un éxito, alguien debió darse cuenta de esta sutileza y, para la siguiente cinta, se pusieron bien las pilas y dieron un cambio bastante significativo para con esa primera cinta.




Muy bien, motores listos, y... ¡vamos allá!

La primera cosa que me gusta de esta segunda entrega es la más evidente y que, como puedes maginar, está relacioanada con la introducción que acabo de soltarte: la historia. Por una lado, por lo que contiene; por otro, por como está contada. Vamos por partes.

Me parece un gran acierto que en esta segunda peli los guionistas se hayan basado sobre todo en la serie original de la tele y tirasen de uno de los personajes más emblemáticos y curisosos de la misma. Decir esto puede ser un poquito general ya que, a lo largo de las tres temporadas que duró en antena, si hubo algo que caracterizara dicha serie fue el montón de seres raros y estrambóticos que pulularon por ella y, cada uno a su modo, metió una buena caña  a la tripulación de la Enterprise. Pues bien, uno de ellos fue un personaje fornido, algo chulesco y con aspecto de indio que se llamó Khan y que dio unos buenos y entretenidos quebraderos de cabeza al capitán Kirk. Fijáos si el susodicho tuvo
potencial que incluso se ha vuelto a tirar de él para la actualización de la saga en Star Trek: en la oscuridad. Lo que vamos a ver en esta peli es lo que sucede a continuación de ese primer enfrentamiento y cómo, el paso del tiempo, a afectado a todos los involucrados en aquella aventura televisiva. Y es que vamos a asistir a una historia tan vieja como simple: la de una venganza. Porque, amigos, aquí el amigo Khan está más mayor, tiene más canas en su peinado ochentero pero el tío alberga una mala leche espacial que, mezclada con mucho rencor y, sobre todo, una dosis desproporcionada de ira homicida, quiere descargar contra su némesis: Kirk. ¿Y por qué? Pues porque el buen capitán le dejó abandonado en una especie de planeta aislado al margen de toda vida inteligente. Ya ves tú, cómo se pone por nada... Lo bueno que tiene esta premisa es que, desde que Khan aparece en pantalla sabes que el enfrentamiento final es inevitable pero, a fin de cuentas, de eso se trata.

Pero no solo de venganzas vive el hombre (o el alien), por muy divertidas que estas resulten. La trama se las apaña para, además, incluir una subtrama que resulta muy interesante y que va a servir de base a la siguiente cinta por los daños colaterales que supone. Me refiero al proyecto Génesis, cuya primera aparición oímos de la boca de los personajes allá por el minuto once (he aquí otra diferencia con la anterior cinta: las cosas pasan rapidito. El primera peli todo va a cámara extra-mega-súper lenta) Si te digo que esto es un experimento que consiste en inyectar vida a lo que no la tiene puedes pensar en Frankenstein pero ahora imagina esa idea descabellada aplicada sobre un planeta o satélite muerto: sería hacer un mundo nuevo y, por tanto, habitable. Más original imposible y, desde luego, me parece un buen aliciente a esa trama principal que va a generar muchas y muy variadas aventuras.

Por supuesto que hay más detalles en la historia pero, a rasgos generales, creo que se puede decir que estos son los dos puntos vitales sobre los que el guión se va a apoyar y ambos me parecen muy interesantes. La cuestión es que, como dije antes, lo que también destaca con respecto a su predecesora es el modo en que está contada, léase de manera ágil, amena, dinámica y todos los sinónimos que se te ocurran. Siempre he pensado que las comparaciones son odiosas pero, a veces, por aquello de la necesidad, a menudo inevitables. Como ya he comentado, la primera peli me gustó y así lo reseñé pero está claro que se hizo, en conjunto muuuuuy densa y lenta (esto siendo buenos) pero en esta, en cambio, se habla menos, se actúa más y todo, en su conjunto, es mucho más entretenida, como no podía ser viniendo de donde viene.




Una cosa que me parece muy curiosa, y por eso lo quiero comentar, es la presentación que se hace de los personajes. Aquí hay una cosa indiscutible: el tiempo ha pasado y por eso todos están más viejos y, algunos, hasta usan gafas para ver de cerca. Pero, además, Kirk está cansado, acartonado y algo amargado (y la tripita incipiente se hace notar jejejejejje) ya que ve que el tiempo se le escapa entre las manos y, además, lleva una temporada larga sin hacer un viaje espacial debido a una especie de trabajo administrativo. Para evitar males peores, su amigo el doctor McCoy le anima a asumir de nuevo el mando no como capitán, sino como almirante. Hasta aquí todo genial y me parece un gran punto a favor ya que se nos muestra a unos personajes muy conocidos que, además, evolucionan. Lo curioso es que esto es justo lo que sucede con el personaje en la película anterior. Y digo yo, ¿por qué repetir la misma situación y el mismo contexto? La impresión que me da es que, con esta peli, es como si la otra no hubiera existido, una especie de "reinicio de la saga" Esto, claro está es una opinión personal mía...

Ya metidos en personajes, como acabo de comentarte, se les ve evolucionados. Esto se aprecia, sobre todo, en la figura del capitán Kirk, que es el que necesita las gafas que he mencionado antes. Spock sigue a lo suyo: a la lógica y a la impasibilidad, si bien es cierto que, en la trama final, alcanza un protagonismo bastante sobresaliente (que no voy a decir para que veas la peli pero, ojo, es una buena sorpresa) La tripulación restante de la Enterprise no ofrece novedades. Sí destaco a tres: la científico Carol, su hijo David y Saavik, otra de vulcano que, como tal, luce orejas y lógica. De los tres, los dos primeros, quizás, te sorprendan por su relación con otro personaje más importante. Y, por supuesto, cómo no mencionar al malo de todo el cotarro: Kahn, que es base e hilo conductor de toda la trama.




Los actores me siguen pareciendo que cumplen, algunos más que otros por la sencilla razón de que tienen más protagonismo y, por tanto, se pueden lucir más. William Shatner está muy creíble como Kirk y muestra que le pesan los años. Leonard Nimoy es, simplemente, el señor Spock. Con eso os digo todo. Eso sí, aquí muestra algo muy parecido a lo que podemos llamar sentimientos en una de las escenas más emotivas de la peli. Kristie Allie (sí, la de Cheers) como Saavik queda bien y, además, es su presentación en el mundo del cine. Bibi Besch (Carol) y Merritt Butrick (David) hacen lo que pueden en papeles muy pequeños pero resultones. Ricardo Montalban es un Khan tremendo cuya labor es más que destacable.






Paso a los efectos. La verdad, muy conseguidos. No llegan al nivel de una Guerra de las galaxias o un Imperio Contraataca (el Jedi aún no había venido) pero me gustan bastante. Los vuelos de las naves me resultan muy creíbles, así como los fondos galácticos surrealistas, como esos momentos dentro de la nébula. Las explosiones, los rayos y demás continúan en su línea habitual.

Esto ha sido todo. La verdad, una entrega muy digna pero, sobre todo, entretenida que, al menos para mí, recupera no solo el espíritu de la serie, sino que atrapa al espectador para, durante todo el metraje, hacerle viajar a mundos raros y conocer gente más rara aún. Dicen los entendidos que es la mejor de la saga. Yo no voy a arriesgar tanto porque estoy revisitando todas las pelis originales pero te puedo decir sin lugar a dudas que, cuando la vi por primera vez, me gustó mucho y, a fecha de hoy, lo mantengo. Si tienes un ratito, dale una oportunidad y me cuentas.

Vigilad el cielo.







domingo, 15 de noviembre de 2015

Las aventuras de Superman


Las aventuras de Superman (Adventures of Superman)
(1952)


George Reeves.
Phyllis Coates.
Noel Neill.
Jack Larson.
John Hamilton.









¡Más rápido que una bala! ¡Más poderoso que una locomotora! ¡Capaz de pasar edificios en un solo salto! ("¡Arriba en el cielo! ¡Es un ave! ¡Es un avión! ¡Es Superman!")... Si, es Superman ... extraño visitante de otro planeta, quién vino a la Tierra con poderes y habilidades mayores a las de cualquier mortal! Superman ... quien puede cambiar el curso de poderosos ríos, doblar metal con sus manos, y quien, disfrazado como Clark Kent, tranquilo reportero de un gran periódico de la ciudad, lucha una interminable batalla por la verdad, la justicia y el estilo americano!

¡Saludos a todos!


Hoy le toca el turno a una serie que puede sorprender, a estas alturas, a más de uno: nada menos que las clásicas aventuras de Superman con George Reeves a la cabeza. Quizá alguno esté arrugando en este momento el gesto pues puede creer que antes de Christopher Reeve no había nada. Pues todo lo contrario amigos míos. Y, para rizar más el rizo, como dato anecdótico, antes que Reeves hubo otro Superman que forma parte de la leyenda con la cara y cuerpo de Kirk Allyn.



Para comprender mejor el valor de esta serie hay que situarse en la época. Allá por los años cincuenta esta serie era la reina de la televisión en un mundo en el que esta estaba empezando a surgir y los pocos que la tenían eran poco menos que auténticos privilegiados. Es decir, las aventuras de Superman podían ser disfrutadas por los afortunados que disponían de una tele en un tiempo en que el aparatito era un auténtico lujo.



Muy bien, entonces. ¿Capa y botas preparadas?



Son muchos los punto a favor que, para mí, tiene esta primera temporada. El primero, sin duda, son las historias que vamos a ver a lo largo de los veintiséis capítulos que la forman. Veamos, para disfrutar de ellos, tenéis que borrar de un plumazo el concepto de las pelis de superhéroes que impera hoy en día. Ahora todo se reduce a villanos espectaculares que se enfrentan a  buenos que deben ser igual de espectaculares o más. Pues bien, la serie está situada en los entonces "actuales" años cincuenta y, ¿quiénes eran los malos por aquellos años? (reconocedlo: ¡habéis pensado en Lex Luthor!) Pues ladrones, gangsters, mafiosos, estafadores y delincuentes varios de la misma calaña. Y es a estos a los que Superman se enfrenta. El esquema siempre es el mismo: hay un robo, un secuestro o un asesinato y hay que ponerse manos a la obra. Lo bueno es cómo se presentan todas esas cosas para que Superman se tenga que poner las pilas y dar lo mejor de sí mismo. Y es aquí donde la serie gana muchos puntos: desde mensajes cifrados, otros escondidos en figuritas de porcelana (que, por cierto, hay que destrozar una a una), voces fantasmales, máquinas capaces de resolver todo, tesoros incas... Como veis, el repertorio es considerable. Pero, sin duda, yo me quedo con un capítulo en especial, en concreto, el llamado "El traje de Superman" Ved la descripción que dejo más abajo. A mí, desde luego, me parece sublime. Hay que decir que esta originalidad en los planteamientos fue lo que, en un principio, hizo de la serie el exitazo que resultó en su momento.


Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que, si bien estamos hablando de un superhéroe que todo bicho viviente conoce, la ración de violencia y, por tanto, de contenidos para adultos es considerable. Aquí hay disparos, muertes variadas y demás muestras violentas sin cortarse un pelo, lo que hace que pueda ser disfrutable tanto por un público joven como por el adulto. Vale, soy muy pesado pero el mencionado episodio del traje de Superman tiene un final, desde luego, nada infantil. Alucinante...

Paso a un aspecto fundamental en una serie así y que, en este caso, es el más cantoso: los efectos especiales. Que no suene mal pero, todo hay que decirlo, rudimentarios al cien por cien. ¿El que más? Las escenas de vuelo de Superman. Para empezar son siempre las mismas, es decir, las filmaron una vez y las repiten en todos los episodios. Y, claro, está la pantalla de fondo, que el actor está tumbado y el ventilador a toda potencia en la cara (atentos a cuando hace el ademán de descender; parece que hasta le falta la respiración) Pero, ¿esto molesta? NO porque lo bueno de las historias hace que te olvides de detallitos así. 

Los personajes están clavados y, sin duda, son grandes reflejos del
cómic de la época. Superman es noble, valiente y bueno con ganas. Fijaos qué cosa tan curiosa, y esto lo digo como un gran halago, aquí Clark Kent no es el periodista torpe que todo el mundo conoce. ¡Todo lo contrario! Es tan arrojado y decidido como su yo kriptoniano... aunque en determinados momentos,  muy poquitos, le sale la vena cobardona. Lois, por su parte, es una buscalios considerable y no duda en meterse en la boca del lobo. Otro gran acierto es Jimmy, que es el eje de muchas de las historias y el complemento perfecto a los otros dos, alguien muy alejado de ser un mero secundario. Por último, Perry White es un cascarrabias alucinante pero queda muy bien en el conjunto. Por cierto, a modo de curiosidad: Superman lo abarca todo pero Clark se luce mucho más. Tanto que la presencia de Superman se suele reducir al final del capítulo par resolver el problema. 



Y de los personajes a los actores. Deciros que lo hacen bien es poco: son perfectos para sus roles. George Reeves, clavado como Clark y Superman. Nada más verlo en el primer capítulo lo notáis; desprende una magia y una simpatía considerables y, sin duda, es uno de los platos fortísimos de la serie. Phyllis Coates y Noel Neill son muy buenas Lois Lane. La primera sólo interpretó el papel en los primeros veintiséis episodios. Y, nota personal, me parece mucho más guapa pero supongo que eso importa un comino. Jack Larson es un grandísimo Jimmy Olsen y se luce de lo lindo hasta tal punto que, en determinados capítulos, es el prota sin discusión. John Hamilton, por su parte, brilla como Perry White por méritos propios. ¿Y los malos? Pues lo que hacen es pasar y, de vez en cuando, repetir actor con distinto nombre. Eso sí, todos con sombrero de gángster y bigotito de malo. 


Coates


Neill




¿Cosas mejorables? Poco puedo decir. Hay dos cosas que la gente suele mencionar cuando se habla de esta serie. La primera, que George Reeves estaba algo fondón para el papel. Y es verdad, lo de meter a los actores en el gimnasio no era algo que se llevara por aquel entonces. Y esto lleva a la segunda cosa: para solventar el problema de la musculatura, el amigo Reeves llevaba una especie de camiseta interior con relleno en brazos y dorsales que canta pero que mucho. ¿A mí me parece mal? Hombre, no pero, también es cierto, que son cosas que destacan mucho. 



Pues esto ha sido todo. A mí esta primera temporada me encanta y no dudo en recomendarla. Es puro espectáculo y diversión de la sana. Y, ojo, que los capítulos duran veinte minutos escasos pero todo está tan bien condensado y narrado que da gusto verlo. A modo de anécdota, el hecho de que al cine llegara ese esperpento de Superman Regresa hizo que alguien pensara que sacar esta serie en DVD iba a ser una cosa rentable. Por desgracia creo que no fue así porque, al menos aquí, creo que sacaron hasta la tercera y esta última la he visto en contadas ocasiones. Una pena porque la serie, desde mi humilde opinión, lo merece.

Pues...

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? 
Es... ¡SUPERMAN!


Os dejo un breve resumen de los capítulos. Si no estáis hartos de mi charla y los leéis, comprenderéis lo que decía antes acerca de la originalidad.




1. Superman en la Tierra.
El consejo de sabios del planeta Kripton se reúne en el templo de la sabiduría para debatir acerca de los extraños acontecimientos que están sucediendo en todo el planeta...




Estupendo primer episodio y magnífica presentación de los personajes. Todo ello calcado del cómic.
Geniales en las tomas del planeta Kripton que se presenta distinto lo que hemos visto hasta ahora: verde soleado y pacífico extremadamente civilizado. Una nota importante en la explicación de Jor-El: la intención de científico era construir una flota de cohetes para que todo Kripton viajase a la tierra.
Como datos curiosos decir que es la madre de Clark la que me anima ir a Metrópolis para que muestre sus poderes y utilice el disfraz que ha confeccionado para él. Además Jonathan y Martha aquí se llaman Eben y Sarah.

2. El faro encantado
Jimmy va a ver a una tía suya a una isla. Muy pronto comprenderá cargos trenes sucede allí...

Un capítulo buenísimo y muy entretenido lleno de algo que va ser una constante en la serie: el misterio. Además, me gusta mucho que la estrella sea Jimmy Olsen, ya que es una prueba de que todos tienen su protagonismo y que cada personaje está pero que muy bien definido. Además, muestra un Clark Kent que, a lo largo de toda la serie se va alejar de esa imagen de bobo y tontorrón que tenemos en un principio acerca de él.

3. El caso de muñeco charlatán
Unos gángsters se pasan información para atracos a través de un ventrílocuo...

Un capítulo que nos demuestra por dónde va a ir esta serie. Nada de supervillanos o científicos chiflados. Al menos en esta primera temporada Superman se va a enfrentar al gángsters atracadores y ladrones. Y además de nuevo refleja que los chicos del Daily Planet son periodistas pero también detectives ayudando al inspector Henderson.

4. El misterio de las estatuas rotas
Dos hombres entran en tiendas de arte rompen figuritas y luego las pagan...

De nuevo nos enfrentamos a ladrones. De joyas en este caso. Clark Kent vuelve a demostrar que desde luego no ser patoso que todo el mundo cree. Aquí es todo un detective que se las apaña para descifrar la clave del misterio. Destaco las tomas en las que Superman detiene un avión cogiéndole por la cola.

5. El misterio del mono.
Un científicos con tu microfilm en el colgante de su hija…

De nuevo un capítulo donde podemos ver a los personajes investigando. Se puede comprobar cómo la labor de Superman queda reducida al mínimo de hecho al principio un poco y otro poco al final.

6. Una noche terrorífica.
Lo sé retenido en un motel lleno de criminales...

Otro capítulo lleno de tensión quizás, más dirigido un público un poquito más adulto que los niños. De nuevo Jimmy Olsen se lleva mucha parte del protagonismo.

7. La tarta de cumpleaños.
Una niña pide ayuda Superman para ir a la fiesta...

Capítulo sentimental incluido. Eso sí, los malos lo dejan aparecer en forma de criminales gángsters. Lo único que no me hace mucha gracia es la interpretación de Slugger, demasiado tontorrona y forzada.

8. La máquina mental.
Una máquina que puede crear sugestiones a distancia, ha sido robada. Un mafioso la utilizara para influir sobre los testigos en su contra en un comité de investigación contra el crimen...

De nuevo, una trama muy original (y muy de cómic) que garantiza puro entretenimiento. Aún así, no está exenta de crímenes y mucho diálogo para hacer avanzar la historia.
Muy curiosas las tomas de vuelo donde Superman rescata el avión.

9. Rescate
Un minero se atrapado en una mina…

Esta vez le toca el turno a Lois, que se mete a minera si pensarlo con tal de escribir una historia. Quizás el capítulo no sea tan intenso como los demás y la presencia de Superman se haga de rogar un poquito.

10. El secreto de Superman
Los archivos del Planet acerca de Superman han sido robados...

Un capítulo buenísimo donde, al fin, un malo se arriesga a averiguar la identidad de Superman atando cabos (e hipnotizando al personal) Y lo bueno es que lo consigue.

11. Sin reglas
Un luchador de lucha libre se valen de los trucos de un joven indio para vencer a sus adversarios en el ring...

Admitidlo: jamás esperabais que Superman se siéntase un problema de esta clase. Pues lo hace. Y en un capítulo muy entretenido, además. Cosa curiosa, se saca a la luz que es posible los celos de Clark hacía un chico que tontea con Lois.

12. La ciudad desierta
Una ciudad parece estar incomunicada...

De nuevo, un capítulo lleno de misterio que culmina con la ayuda de Superman. Un detalle interesante es que vemos cómo Lois discute con Clark por la exclusiva y cómo este le dice más tarde que, quizás, un día le diga su secreto para enterarse de todo. Muy entretenido.

13. El traje robado
Un ladrón roba Clark Kent el traje de Superman...

Un capítulo soberbio y que, sin duda, es uno de sí favoritos. La premisa no puede ser de lo más original: Superman usa traje y lo guarda en el armario. Pero lo bueno es que, a lo largo de la trama, se nos dice que todo el mundo asume que Superman tiene una doble personalidad. Lo mejor, para el final: Superman se descubre a los malos (no le queda más remedio). El héroe no puede hacer otra cosa: llevar a los malos al Polo Norte. Lo que hagan allí eso cosa suya. Y, todo esto, condensado en veinte minutos. Alucinante.

14. El tesoro de los incas
Un tapiz hincaste relacionado con una muerte. Lois debe investigar...

De nuevo una historia de aventuras que tiene como protagonistas a Lois y Jimmy. Como suele ocurrir, la originalidad va por delante. A fin de cuentas que un tapiz inca sea el mapa para llegar a un tesoro es, como poco, bastante entretenido.

15. El problema doble
Un hombre vestido de mujer tiene un valioso cargamento...

Un episodio de Superman con muy poco Superman. Eso sí, una historia de serie negra con muchos personajes muy bien contada.

16. El misterio de la cera
Una pitonisa llamada Selena escapa de predecir la muerte de personas esculpiendo a la víctima en cera...

De nuevo un argumento muy original que se desarrolla como di de una historia de detectives se tratase. Destaco el personaje de Madame Selena que, de exagerado, resulta convincente. Muy entretenido.



17. El robot fugitivo

Un científico ha construido un robot para combatir el crimen…

Un capítulo fiel a los comics de Superman que se hacían en la época. Lo más destacable es el personaje del robot, cutre a más no poder, y la figura de Horatio Hinkle, paradigma del científico chiflado a más no poder. Eso sí, bien mirado, este es el abuelo de Robocop.

18. Los tambores de la muerte

La hermana de Perry White desaparece en Haiti. Kent irá a investigar…

Aventuras en Haiti con actores haciendo papel doble y mucho misterio e investigación mezclados con prácticas vudú. Eso sí, ya sea en Metropolis o Haiti, todos cambian de vestimenta para adaptarse al clima. Todos menos Clark Kent, que sigue con su traje de siempre mientras los demás sudan la gota gorda. Por algo es Superman. Por cierto, lo que lleva el malo en la cabeza, ¿¿¿es un bisonte???

19. Los tres malditos.

Perry y Jimmy van a pasar un día de pesca y se alijan en un hotel donde tres personajes son de lo más siniestro…

Una aventura llena de misterio que te hace dudar acerca de lo que pasa hasta el final. Poco Superman y mucho Perry y Jimmy pero eso no implica en absoluto que sea algo negativo. Además, demuestra lo buen Jimmy que fue Jack Larson. 

20. El enigma del jade oriental.

Un muchacho planea robar una estatua de jade…

Un capítulo más bien sosito por lo predecible que es. Aunque se puede ver, no tiene el misterio ni los toques de acción de otros.

21. La bomba humana.

Un hombre hace una apuesta: puede controlar a Superman convirtiéndose en una bomba humana.

Genial capítulo que te tiene en vilo hasta el final. Ya solo el argumento es muy bueno de por sí pero, además, tiene un par de detallitos como el modo que tienen Clark de escaquearse o cómo Superman se las apaña con una lámpara y una grabadora para engañar al malo. Nada, el que vale, vale.

22. El zar del infierno.

Un estudio de cine pretende llevar a las pantallas los artículos de Kent. Un mafioso no está dispuesto a que esto sea así…

Una trama muy original con un misterio muy bien llevado que hace que te preguntes hasta el final quién puede ser el asesino que ronda el estudio. Un capítulo muy entretenido que, sin duda, da para toda una peli por sí solo.

23. La mujer lobo.

El Daily Planet se queda sin papel porque hay rumores de que una mujer lobo acecha a los taladores en el bosque…

Como veis por el resumen, pura originalidad y aventura. Como ocurre en el capítulo anterior, el misterio está asegurado. Y, si hace falta una tormenta, Superman la crea, que para eso es quién es.

24. La ola de crímenes.

Superman encabeza una cruzada contra la descomunal ola de crímenes que azota Metropolis. Después de encarcelar a todos los capos, queda solo el enemigo público número uno…

En este capítulo se demuestra que Superman hace honor a su nombre. Y los malos dale que te pego intentando acabar con él. Si es que no aprenden…

25. Desconocidos 1

Un pozo petrolífero va a ser cerrado, uno de los más profundos del mundo. De hecho, al centro de la Tierra. Pero eso ha atraído a unos extraños seres que viven en las profundidades…

Un capítulo lleno de misterio mucho más propio del cine de ciencia ficción de los sesenta que del género de súper héroes propiamente dicho: seres desconocidos, centro de la Tierra, radioactividad y una masa enfurecida de gente que los quiere matar.

26. Desconocidos 2

Superman se interpone entre las criaturas salidas de las profundidades de la Tierra y los hombres del pueblo sedientos de sangre. Uno que fue herido es llevado al hospital por Superman…

De nuevo, el caso de que el ser humano teme todo lo que no comprende y quiere aniquilar lo que desconoce. Lo curioso es la perra que le da a Superman por protegerlos sin ni siquiera saber si son buenos o no. De hecho, ni siquiera lo sabemos. Eso sí, las criaturitas, cuando se las busca, se las encuentra, porque sacan cada arma que no veas. Eso sí: buen final cuando los seres destruyen el pozo para no ser molestados.





Vigilad el cielo.



domingo, 8 de noviembre de 2015

Aracnofobia



Aracnofobia (Aracnophobia)
(1990)

Director: Frank Marshall
Guión : Don Jakoby, Al Williams, Wesley Strick


Jeff Daniels
Harley Jane Kozak
John Goodman
Julian Sands






Un fotógrafo es mordido por una nueva y desconocida especie de araña que viajará en su ataúd hasta su pueblo natal…



Aracnofobia: fobia muy común y extendida que consiste en tener un miedo o asco exacerbado hacia las arañas.

Pues bien, de eso va tratar la película que hoy nos toca: de la repulsión hacia esos seres peludos de ocho patas que, durante cien minutos más o menos, van a tratar de hacérnoslas pasar lo más canutas posible.

Aracnofobia es una peliculita de 1990 (madre mía, ahí es nada) que se puede englobar dentro del género de “terror a los bichos” pero, también, creo que se puede decir que es de las últimas (si no la última) de su especie, es decir, una cinta de bichos desagradables pre-cine digital en la que los bichos que vemos son, al menos la mayoría, de verdad.

La película empieza bien, directa al grano, con una presentación
más o menos calmada a través de una secuencia que sucede en la selva sudamericana. Ahí conocemos a un doctor que es una especie de sabio acerca de arañas pero, también, a un fotógrafo que parece detestarlas. La cuestión, según parece, es tomar unas fotos de los insectos. Parece simple, ¿verdad? Bueno, si nos fijamos, ya se nos da una pista diciéndonos que la cosa puede pintar distinta a lo que pensamos porque uno de los guías no quiere seguir adelante y parece que tiene miedo. En el momento en que vemos que el pobre fotógrafo es la primera víctima y que su ataúd lleva una amiguita de muchas patas a modo de añadido sorpresa, la peli ya está planteada.

Cambiamos de tercio y conocemos a los que van a ser los verdaderos protagonistas: el doctor Ross Jennings (Jeff Daniels) y su familia. Las cosas comienzan a enlazarse cuando sabemos que el buen doctor tiene miedo a las arañas desde que tenía dos años. El pobre no sabe dónde va a meterse…

A partir de aquí, la trama va a darse de manera lenta, pero segura, a lo largo del metraje y se nos van a presentar dos cosas: por un lado, conocemos el pueblo, los personajes, y la situación familiar y profesional del doctor Jennings. Por otro, a medida que suceden cosas, la tensión aumenta a medida que las arañitas hacen de las suyas. Me ha gustado mucho esa escena en la que se muestra la futura ferocidad de las arañas cuando una de ellas asusta a un gato y luego es atrapada por un pájaro… que será mordido en pleno vuelo. Sutil, pero muy efectivo.




Está claro quela trama principal de una película así está clara: las
arañas hacen la vida imposible al personal (bueno, a algunos más que otros. Es lo que tiene ser el prota de la peli) pero esto genera otras subtramas que también me han parecido correctas. Así, tenemos, por un lado, la cuestión de la consulta cuasi inexistente del doctor, su rivalidad con el médico de toda la vida del pueblo y cómo Jennings, poco a poco, se va haciendo con el protagonismo que le corresponde como nuevo doctor (aunque, para ello, el personal deba morir. Bueno, es una cinta de terror, ¿no?) A esto me gustaría añadir que todo está muy bien hilvanado, como vemos en el detalle de que el pueblo de origen del pobre fotógrafo del principio sea el nuevo destino de la familia Jennings. También es casualidad, sí pero, sin este detalle, no habría historia.

Una de las cosas que me gusta mucho de esta película es que, a pesar de la trama con la que trata y de tener como protagonistas a unos bichos que, al menos a mí, me resultan un pelín desagradables, es el carácter comedido que reina a lo largo de todo el metraje. Me explico: esta cinta se puede incluir perfectamente en la línea de otras en las que una aberración de la naturaleza se dedica a masacrar al personal y, además, director y guión se esfuerzan por demostrarnos que es así, es decir, que vemos sangre, cadáveres y mutilaciones a mansalva. Pues bien, en el caso de Aracnofobia, todo tiende más a insinuarse que a mostrase. Si prestamos atención, salvo el momento del cadáver del fotógrafo o del profesor, podemos decir que no hay más muestras de casquería o escenas truculentas. Las muertes que se producen a lo largo de lo que sigue después se insinúan y la tensión se crea en los momentos anteriores a la picadura, bien sea cuando vemos la mano de la pobre Margaret acercarse a la lámpara, la arañita en el casco del jugador de fútbol o el bicho en el bol de palomitas. Sabemos lo que va a ocurrir, eso está claro, pero, al no mostrarse de manera directa, se crea, al menos para mí, una sensación de misterio mucho más fuerte que si viéramos al bicho zamparse a la pobre víctima. Ah, y muy bien la escena de la chica y la ducha…

Sigamos. Después de un planteamiento efectivo y un nudo correcto, el desenlace siempre me ha parecido adecuado a los dos anteriores. Para empezar, en el momento en que sabemos la situación del nido suceden dos cosas: la primera, que la acción de precipita y todo ocurre más deprisa. La segunda, que asistimos a un auténtico despliegue de arañas que pueden hacer que más de uno (por ejemplo, este que escribe) se encoja en el asiento. Las tomas de los insectos saliendo por todas partes, colgados de todos los techos de la casa o, una que me gusta mucho, saliendo por el lavabo me parecen muy buenas. Y la escena final de Daniels (“¡Qué puntería!”) enfrentándose a la araña general me parece muy bien llevada. Menos mal que, de vez en cuando, el amigo John Goodman está por ahí para aliviar un poquito tensiones.

Y hablando de actores, destaco la labor de Jeff Daniels,
protagonista absoluto y que tuvo que, digo yo, pasarlas un poco mal en el rodaje con tanto bicho. Tengo que admitir como anécdota que, cuando le veo tan serio en esta peli, no puedo evitar recordarle en Dos tontos muy tontos (ok, nota personal) Por cierto, parece que el amigo no se prodiga mucho por las pantallas en los últimos tiempos. Es resto de actores que le arropan, como el ya mencionado John Goodman o Julian Sands (el profesor experto en arañas) cumplen en sus respectivos papeles mientras que Harley Jane Kozak se luce poquito (el papel no daba para mucho más) como esposa del buen doctor.

Pero, y esto lo he dejado para el final a propósito, hay que destacar
en esta cinta por encima de trama, actores o momentos truculentos, algo más. Y es que está claro que las arañas que se usaron para el rodaje, si no todas, sí la mayoría, son de verdad, aportando el toque realista necesario que precisa una historia así. Supongo que la araña general, la más gorda y peluda, tendría algún doble en forma de muñeco (a lo mejor no, quién sabe) pero está claro que las otras, las más pequeñas de patas delgadas y rápidas, son arañas reales. Fijaos como corren, trepan o se deslizan en sus hilos. Y hago referencia a este hecho por lo que dije al principio: esta es una peli pre-utilización del ordenador y eso debe notarse de algún modo. De haber sido realizada en el presente, está claro que las tomas digitales iban a brillar por su saturación pero, por otro lado, sería normal a día de hoy (y, si como muestra vale un botón, echad un vistazo a ese sucedáneo de esta Aracnofobia que fue Arac Attack…) Por eso, esta peli destila cierto encanto que, de algún modo, hoy ha sido sustituido por otras cosas.

¿Cosas mejorables? Bueno, creo que, en primer lugar, la cinta se ha quedado muy anclada en el tiempo, como puede verse, sobre todo, por la ropa y apariencia de los personajes. Esto no lo considero un fallo, pero sí es algo que me ha llamado la atención cuando la he vuelto a ver. Pero, si hay un argumento con el que se suele atacar a la película es porque muchos consideran que, si bien las intenciones fueron buenas, el resultado final quedó algo flojo. Bueno, esto, supongo, depende de los gustos de cada uno. Quizás es bien cierto que con un poco más de violencia o escenas más fuertes la película hubiera quedado de otro modo, más para un público adulto deseoso de sangre y sustos. Puede ser. No obstante, yo creo que no está mal como está.

Y, cómo no, ignoro si esto estaba preparado de antemano o si la mano del colega Spielberg debe notarse por algún lado pero, es curisoso, cómo allá donde está él (o en la mayoría de los casos) tiene que salir el toque familiar y de “familia feliz” que tanto le gusta al amigo Steven. ¿Casualidad? A saber...

Pues hasta aquí hemos llegado. Recomiendo que la veáis porque es un tipo de cine que hoy día parece que no se hace demasiado, ese que da prioridad a la tensión y al misterio antes que a la truculencia o a lo desagradable. Durante unos cien minutos, eso sí, el entretenimiento está asegurado, así que…


¡Vigilad el cielo!